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Zoé Valdés

Sanders

Si Trump representa el 'Make America Great Again', Sanders por su parte es el vivo retrato del 'Make America Ungreat Definitely'.

Si Trump representa el 'Make America Great Again', Sanders por su parte es el vivo retrato del 'Make America Ungreat Definitely'.
EFE

Que Sanders ("Bernie" le dirán sus socios, no yo) es un peligro para los Estados Unidos y para el mundo lo venimos diciendo desde hace tiempo. Afortunadamente no he sido la única como independiente, muchos han alertado desde distintos puntos de vistas y tendencias políticas, incluida la del Partido Demócrata norteamericano. Sanders es un hombre histérico, desmedido, se ha podido apreciar en sus intervenciones.

Sanders, sin embargo, es apoyado por los movimientos populistas de la ultraizquierda, que no advierten en él –como sí han querido ver (e imponer esa visión) en Donald Trump– absolutamente ningún exceso, padeciéndolos a montones y mucho más agresivos y claramente devastadores de América; o lo ven y se hacen los chivos locos, porque por eso lo han elegido.

Si Trump representa el Make America Great Again, Sanders por su parte es el vivo retrato del Make America Ungreat Definitely.

Ungreat en el sentido de infértil. No hay tierra sobre este planeta que los comunistas no hayan vuelto estéril, seca, regada solamente con la sangre de sus más de 100 millones de víctimas.

No es raro que Sanders sea un admirador de Fidel Castro, como se ha notado en varios vídeos publicados recientemente en los que –cual loco nazi– habla de lo que no vivió en carne propia. Sospechando inclusive que no fue como él lo cuenta, pudiendo haberlo sabido, pues ha tenido ampliamente la posibilidad de conocer a miles de exiliados cubanos, ex presos y ex presas políticos, torturados por los esbirros del régimen castrista.

No, no es extraño, porque Sanders además y por encima de todo es un comunista de hueso pelao y rojo. Sanders es un sostenedor del odio, un promotor de la miseria más espantosa, del linchamiento del que piense distinto, del desmoronamiento de un sistema dentro de su país con la intención profunda de colocar a ese país única y exclusivamente a su servicio y al servicio de su familia, como ya lo intentó con anterioridad al usar y acaparar fondos públicos destinados a enriquecerse y enriquecer a los suyos, como mismo están haciendo Pedro Sánchez y Podemos en España. Como lo han hecho los comunistas siempre que se les ha dado la oportunidad.

Sanders es un mentiroso y un corrupto, se ha afirmado que fondos de su campaña fueron a parar al bolsorrón de su mujer, Jane Sanders, quien ya en 2017 estuvo sometida a una investigación federal y a la que sin embargo, pese a eso, todavía la prensa norteamericana intenta tirarle la toalla y lavar la cara a ambos.

Sanders en resumen es otro fatuo fraudulento de puño en alto, gritón exasperado y desesperado. Presiente que le queda muy poco, que se ha vuelto viejo y farragoso, durante todos estos años esquinado y argumentando con falsedades que sólo la masa boba y bruta puede ahora tragar, pero como no hay nadie más que valga un rábano dentro de esa izquierda tonta e ignorante, y el único en el bullpen es él, también siente y estará dispuesto a pulverizar a quien sea con tal de armarse del poder absoluto.

También es verdad que lo que tendrá enfrente no es fácil, no tiene comparación con nada. Porque a quien Sanders, si llega, tendrá enfrente será a Donald Trump, que ha prometido y ha jurado más de una vez que América jamás será comunista.

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