
Conducir por primera vez en solitario puede implicar cierta inseguridad, falta de reflejos o exceso de confianza. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha recopilado los diez errores más comunes que cometen los conductores noveles en sus primeros meses al volante. En España, actualmente hay 450.000 titulares del permiso de clase B con menos de un año de antigüedad, una cifra que evidencia la importancia de analizar estos fallos para mejorar la seguridad vial.
Falta de soltura en el manejo del volante
Uno de los primeros errores que señala la DGT está relacionado con el manejo del volante. Sujetarlo mal, mover las manos de forma incorrecta o no coordinar bien los giros son fallos habituales entre quienes tienen poca experiencia. La tensión y el nerviosismo también influyen en este comportamiento, ya que muchos conductores aprietan el volante con fuerza excesiva o colocan mal los pulgares, lo que limita el control del vehículo en maniobras como giros, estacionamientos o cambios de sentido.
Escasa capacidad de anticipación
El segundo error tiene que ver con la observación y la anticipación. Muchos conductores noveles tienden a conducir mirando solo lo que ocurre justo delante del vehículo, sin prever lo que sucede unos metros más adelante. Esto impide anticiparse a frenadas, cruces de peatones o movimientos de otros vehículos. Según Álvaro Nicolás, profesor de formación vial con 15 años de experiencia, "sin una preparación previa, las tareas se acumulan y se hacen tarde y mal", especialmente en intersecciones y glorietas.
Exceso de confianza al volante
Aunque pueda parecer contradictorio, el exceso de confianza es también un rasgo habitual en los nuevos conductores, especialmente entre aquellos que ya han manejado ciclomotores o motocicletas de baja cilindrada. Tras unos meses sin incidentes, algunos noveles se sobrevaloran como conductores, lo que puede derivar en comportamientos imprudentes o fallos de cálculo.
Indecisión en maniobras clave
La falta de experiencia también se traduce en dudas a la hora de tomar decisiones rápidas, como incorporarse a una autovía, adelantar o girar en una vía con tráfico denso. Tomar una decisión tarde puede poner en riesgo tanto al conductor como al resto de vehículos. La indecisión es especialmente peligrosa cuando implica movimientos laterales a alta velocidad.
Velocidad y distancia mal calculadas
Dos aspectos directamente relacionados con la seguridad son el control de la velocidad y la correcta distancia de seguridad. La DGT recuerda que una de las habilidades más importantes que se desarrollan con la práctica es saber adaptar la velocidad al entorno. Circular demasiado rápido o demasiado lento puede ser igualmente peligroso. Además, muchos noveles no respetan la distancia de seguridad adecuada, lo que incrementa el riesgo de colisión por alcance, especialmente en caso de frenadas bruscas.
Distracciones y normas básicas
El uso del móvil al volante es una de las principales fuentes de distracción, aunque no la única. La DGT advierte de que los nuevos conductores pueden distraerse fácilmente al manipular los mandos del vehículo o al mantener conversaciones con pasajeros. Además, hay una serie de normas básicas que muchos siguen incumpliendo, como circular por el carril central sin necesidad, salir de las glorietas por el carril interior o no detenerse completamente ante una señal de stop.
Desconocimiento del vehículo
Otro error común es no conocer bien el vehículo que se conduce. Desde los mandos básicos hasta los sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS), es fundamental saber cómo y cuándo utilizarlos. Esta falta de familiaridad se agrava cuando se cambia de coche, como en el caso de los vehículos de alquiler durante vacaciones, lo que puede provocar errores o reacciones tardías ante una situación imprevista.
Dificultad para aparcar y arrancar en pendiente
El estacionamiento y la salida en rampa son dos maniobras especialmente complicadas para los noveles. La coordinación de pedales y el control del embrague en vehículos manuales requiere práctica, y la presión de otros conductores puede generar aún más nerviosismo. Según los expertos, este tipo de maniobras solo se dominan con el tiempo y con la repetición en distintos contextos.


