
Las aguas termales y los yacimientos se han considerado desde el origen de la humanidad como tesoros naturales debido a sus beneficios para la salud y el bienestar de las personas. De hecho, estas fuentes naturales de agua, calentadas por la geotermia y enriquecidas con minerales y elementos nutritivos, han sido utilizadas durante siglos por diferentes culturas como una forma de tratamiento y relajación.
Si uno se para a observar el pasado, descubrirá que ya los antiguos griegos, egipcios y romanos conocían las ventajas que tenía este elemento natural y alrededor de las fuentes termales se creaban templos y ciudades enteras. El uso del agua termal actualmente sigue asociado al cuidado de la salud y la belleza. El motivo es que los baños calientes proporcionan numerosos beneficios para la salud física y para la salud mental. Pero destacan estas aguas porque son ricas en minerales como azufre, calcio, magnesio y bicarbonato. Durante siglos, estas aguas han sido valoradas por sus propiedades terapéuticas y relajantes, convirtiéndose en destinos populares para quienes buscan mejorar su bienestar físico y mental.
Características y propiedades de las aguas termales
Las aguas termales han sido utilizadas por las civilizaciones antiguas desde hace miles de años para prevenir y curar ciertas enfermedades. Incluso en países como la India, Italia o Grecia se han encontrado orígenes de estas aguas que datan del 2000 a.C. Y hay que destacar que, aunque en la mayoría de los territorios existen este tipo de aguas termales, los países con mayores fuentes del mundo son Estados Unidos, México, Islandia, Nueva Zelanda y España.
El principal factor diferencial de estas aguas minerales es que proceden de las capas subterráneas de la tierra, lo que les permite contar con una mayor temperatura, en concreto hasta 5ºC más, y con ciertas propiedades especiales que pueden ser utilizadas para fines terapéuticos con baños o inhalaciones. Hierro, cloro, calcio, sodio y magnesio, entre otros, son algunos de los minerales que forman parte de la composición de las aguas termales.
Habitualmente, este tipo de aguas suelen estar localizadas en una falla terrestre y se manifiestan tanto en forma de vapor como en agua caliente. Además, teniendo en cuenta sus temperaturas se clasifican en frías, hipotermales, mesotermales, hipertermales y supertermales. Estas últimas pueden llegan a alcanzar los 150ºC.
Beneficios de las aguas termales
- Ayuda a la eliminación de toxinas y depuración de la sangre.
- Alivio del estrés y relajación: La temperatura cálida del agua ayuda a relajar los músculos tensos, mientras que el entorno natural que las rodea favorece una sensación de calma y desconexión del estrés cotidiano. Esto contribuye a mejorar el estado de ánimo y reducir los niveles de ansiedad.
- Mejora de la circulación sanguínea: Sumergirse en aguas termales estimula la circulación, ya que el calor dilata los vasos sanguíneos, facilitando un mayor flujo de oxígeno y nutrientes a los tejidos. Además, los minerales presentes en el agua pueden ser absorbidos por la piel, potenciando los efectos beneficiosos en el sistema circulatorio.
- Mejor digestión de los alimentos.
- Alivio de dolores musculares y articulares: El agua caliente combinada con los minerales tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Esto es especialmente útil para personas con artritis, reumatismo o lesiones musculares, ya que ayuda a reducir el dolor y la rigidez en las articulaciones.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: El baño en aguas termales puede estimular el sistema inmunológico al mejorar la circulación y eliminar toxinas a través del sudor. Además, el ambiente cálido y rico en minerales contribuye a un mejor equilibrio metabólico.
- Beneficios para la piel: La riqueza mineral de las aguas termales puede ayudar a tratar afecciones cutáneas como psoriasis, eczema y acné. Minerales como el azufre tienen propiedades antimicrobianas y exfoliantes, lo que favorece la regeneración de la piel y mejora su apariencia general.
¿Cuándo se considera a un yacimiento de agua termal?
En primer lugar, debe contener agua subterránea que posea una temperatura superior a la media ambiente. Además, se requiere que el agua termal contenga una concentración significativa de minerales disueltos, lo que le confiere propiedades terapéuticas y beneficios para la salud.
Estos minerales pueden incluir elementos como el azufre, hierro, calcio o magnesio, entre otros. Asimismo, un yacimiento de agua termal debe tener un flujo constante y suficiente para poder ser utilizado de manera sostenible para diversos fines, como baños termales, spas o incluso para la generación de energía geotérmica.