
Al hacer la compra, pocas personas reparan en la malla que envuelve a las naranjas. Sin embargo, ese envoltorio de color rojo intenso no está elegido al azar. Según los expertos, responde a una estrategia visual diseñada para modificar, de forma sutil pero efectiva, la percepción del consumidor.
Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y divulgador científico, ha explicado recientemente por qué tantos productos —en especial las naranjas— se presentan en redes de color rojo. "No es casualidad, sino un pequeño truco que utilizan los productores para engañar a nuestro cerebro", afirma.
Este fenómeno, identificado como "ilusión de Munker", fue descrito en los años 70 por el investigador Hans Munker. Se basa en una premisa sencilla pero eficaz: el color de un objeto puede parecer distinto según los colores que lo rodean. Aplicado al ámbito alimentario, esto significa que una naranja envuelta en una malla roja parecerá más brillante y apetecible que otra exactamente igual sin ese envoltorio.
"Los colores adyacentes a un objeto pueden modificar cómo percibimos el color de ese objeto, incluso si no hay un cambio real en su tonalidad", explica Lurueña. En uno de sus ejemplos visuales, muestra tres naranjas atravesadas por líneas de distintos colores —rojo, verde y azul— que, aunque idénticas en su tono real, generan percepciones muy diferentes a simple vista.
Técnica común en otros productos
Esta estrategia visual no se limita a los cítricos. También se aplica a otros productos frescos: limones en mallas verdes para realzar el amarillo, pimientos y judías en redes rojas o verdes, aguacates en mallas negras, e incluso cebollas y ajos morados en envoltorios del mismo color. El objetivo es siempre el mismo: resaltar visualmente el producto para influir en la decisión de compra.
A lo largo del tiempo, estas combinaciones de colores han generado asociaciones inconscientes en los consumidores. "Muchos ya identifican la malla roja con fruta de calidad, aunque eso no siempre se corresponda con la realidad del producto", advierte Lurueña. Aunque legal y habitual, esta práctica revela hasta qué punto el entorno visual puede condicionar nuestras elecciones.
Frente a este tipo de estímulos visuales, el doctor recomienda tomar precauciones. "No os fiéis solo de lo que veis", insiste. Leer las etiquetas, comprobar el estado del alimento y optar por la compra a granel cuando sea posible son estrategias más fiables para elegir productos frescos.

