
La adelfa es una flor sumamente popular entre la población española. Esta planta de belleza singular decora las rotondas y calles de la mayoría de ciudades del país. Asimismo, es muy común encontrarlas en los jardines de cualquier ciudadano. El motivo principal es su resistencia y fácil mantenimiento, no necesitan mucha luz y se adaptan a diferentes climas, por ende tampoco requieren de mucho riego o cuidados específicos. Además, su flor es muy bonita e ideal para adornar cualquier estancia, tanto en interiores como exteriores.
Sin embargo, esta especie es venenosa y altamente peligrosa, al punto de poder llegar a producir la muerte en caso de una ingesta masiva. Los síntomas más frecuentes son vómitos, diarrea con sangre y ritmo cardíaco irregular, entre otros. Las toxinas de la planta también se pueden transmitir de forma cutánea, en estos casos genera irritación en la piel, inflamación ocular e incluso dermatitis – aunque la exposición debe ser muy prolongada –.
En el extranjero esta información es conocida y el uso de la planta está completamente restringido. Por ello, han saltado las alarmas entre los turistas al descubrir que en España se utiliza como decoración. La venta de la flor se prohibió en 2004 debido a su peligrosidad, pero la desinformación sobre las características perniciosas ha provocado que la gente siga sembrando la adelfa en su casa como si se tratase de una planta común y corriente.
El objetivo principal por el cual se cultiva esta planta es su particular belleza, pero existen otros motivos más útiles por los que originalmente se empezó a utilizar. Uno de ellos es la interesante aportación que tiene en las infraestructuras que se encuentran en la carretera. El espesor de las ramas divide los carriles y permite disminuir los choques frontales. También sirven para amortiguar el impacto en caso de accidente gracias a sus hojas.
Varias alternativas
Otra opción de estética similar, pero más segura puede ser la eugenia myrtifolia. Se trata de un arbusto con hojas de color marrón verdoso. Al igual que la adelfa no necesita de grandes cuidados para poder crecer, aunque se debe podar con frecuencia. Además, resisten sin problema las altas temperaturas durante los meses de calor y ofrecen frutos comestibles en invierno.
También es una buena alternativa la Gaura Lindheimeri, este arbusto produce flores de diferentes colores (rosas y blancas) y la tonalidad dependerá de la hoja: cuanto más oscura sea la hoja, mayor será la intensidad del tono de esta. Florecen entre los meses de marzo a noviembre y su cuidado es sencillo. Además, pueden sobrevivir en lugares de sequía o calor extremo, por ello, son ideales para sembrarlas al sur del país.

