
La diarrea es una enfermedad digestiva que todo el mundo ha padecido alguna vez o padecerá. De hecho, la mayoría de las personas experimentará un episodio que desaparecerá en un par de días, al menos una o dos veces al año. Pero, ¿qué es exactamente? La diarrea es una disfunción digestiva por la que el intestino deja de funcionar correctamente como un órgano de absorción de sales, compuestos orgánicos y el agua del bolo alimenticio y, al contrario, vierte por presión osmótica líquido al tracto fecal, diluyendo las heces e incentivando la pérdida de nutrientes. Este problema implica una importante pérdida de agua y electrolitos, que son los minerales que hacen que el cuerpo retenga agua. Por lo que existe un gran riesgo de deshidratación, lo que implica la necesidad de reponer tanto el agua como los electrolitos.
Pero, ¿qué se puede hacer cuando aparece la diarrea? Una de las acciones principales es la dieta astringente, que está compuesta por alimentos que reducen la duración y las molestias propias de esta indigestión, y sirve para evitar la deshidratación e impedir que el proceso se agrave. Por ello es importante, conocer los alimentos recomendados y no recomendados al momento de padecer alguna alteración intestinal. Una dieta astringente incluye alimentos que son fáciles de digerir, con bajo contenido en fibra y que ayudan a reducir el volumen de las heces, la motilidad y la irritación de la mucosa intestinal.
¿Por qué aparece la diarrea? Puede deberse a múltiples motivos, entre ellos a una pérdida de la flora intestinal por la acción de los antibióticos o el ataque de virus, y aunque generalmente suele ser un trastorno pasajero, a veces llega a constituirse en un problema crónico que genera graves problemas de deshidratación y desnutrición, como en el síndrome del intestino irritable, o lleva a la muerte, como ocurre en las epidemias de cólera.
¿Qué es la diarrea?
La diarrea es un movimiento intestinal que resulta en heces más líquidas que sólidas o que tienen una textura suelta. Es un problema común y se puede presentar un par de veces al año. La diarrea generalmente no durará más de 3 días. No obstante, las personas con afecciones digestivas crónicas, como el síndrome del intestino irritable (SII) o la enfermedad de Crohn, pueden experimentar diarrea con mayor frecuencia. Pero no es solamente ir más al baño o heces sueltas o líquidas, sino que la diarrea también se asocia con otros síntomas digestivos:
- calambres
- distensión y dolor abdominal
- una sensación burbujeante en los intestinos
- una necesidad urgente de defecar
- náuseas
- vómitos
- fiebre
Alimentos que se deben consumir cuando se tiene diarrea
- Arroz blanco: Es suave para el estómago y ayuda a absorber el exceso de líquido en los intestinos.
- Manzana rallada sin piel: Hay que consumirla preferiblemente cocida o en forma de puré. El motivo es que contienen pectina, que puede ayudar a solidificar las heces.
- Yogur natural: Los probióticos pueden restablecer la flora intestinal, aunque es importante evitar los productos lácteos si agravan los síntomas. Hay que recordar que los yogures actúan de probióticos que aportan bacterias que refuerzan la flora bacteriana. Un yogur o dos diarios tras las comidas preceptivas pueden ser determinantes para recuperar el buen estado digestivo.
- Puré de patata o zanahoria: Patatas y zanahorias en forma de puré son uno de los mejores astringentes que uno puede encontrar. El motivo es que, en el intestino, revierten la pérdida de agua y la baja absorción, dando consistencia a las heces. Además aportan azúcares y sales que son fundamentales cuando el tracto inferior digestivo no funciona como debe.
- Pescado blanco: Siempre preferible en estos casos frente al azul porque su porcentaje de materia grasa suele ser menor y por tanto es más digerible. De todos modos debería limitarse a lenguado, merluza u otras especie que se puedan cocinar fácilmente a la plancha o al vapor.
- Carnes magras: No importa que sea ave o mamífero mientras sean zonas bajas en grasa. Por ejemplo, del pollo o el pavo las pechugas, o del cerdo el lomo, de la ternera un corte sin grasa entreverada. La idea es que la grasa es menos fácil de digerir y cuando se tiene el intestino alterado no conviene forzarlo, pero a la vez es importante proteína de calidad.
- Plátano maduro: Son ricos en potasio, un electrolito que se pierde con la diarrea, y su textura suave facilita la digestión.
- Pan tostado: Estos alimentos secos son fáciles de tolerar y ayudan a asentar el estómago.
- Infusiones y caldo vegetal y de pollo: Los caldos e infusiones son recomendable siempre que sean suaves y no tengan efectos excitantes que puedan provocar un estrés sobre el sistema digestivo. Su ventaja frente al agua es que al contener sales y azúcares ayudan a retener el agua en la absorción intestinal e inhiben vómitos y la propia diarrea. Por su parte, los caldos concentrados de carne o el café pueden resultar indigestos o provocar inflamaciones que no ayuden a la recuperación intestinal. El caldo vegetal o de pollo o el té son perfectos.
Qué evitar consumir
- Lácteos: Excepto el yogur con probióticos, los productos lácteos pueden ser difíciles de digerir debido a la intolerancia temporal a la lactosa.
- Huevos: No se debe abusar, pues la yema tiene gran cantidad de lípidos que pueden resultar indigestos, pero la clara contiene proteína fácil de digerir.
- Pescado azul: A pesar de aporta ácidos Omega-3, el pescado azul es muy indigesto y cuando se tiene el estómago sensible o dañado, no conviene atormentarlo más. Ni sardinas ni melva, chicharros u otros pescados similares. Si acaso el bonito en conserva, bien lavado de su aceite, puede ser un alimento que se salve de la purga por su buen aporte proteico.
- Carnes grasas: Es importante evitar el pato, el cordero o partes del cerdo como las presa o el secreto. También en la ternera las grasas de la cobertura. Aunque son la parte más sabrosa, también representan la más indigesta.
- Embutidos: Con estos preparados animales ocurre lo mismo que con las carnes citadas anteriormente: tienen un exceso de grasa que no ayudará a recuperarse. Pero siempre existen excepciones como la cecina de León, la Morcilla de Burgos y similares, hechos con sangre y poca grasa, a lo sumo algo de arroz, son buenos por su aporte proteico, pero sin abusar.
- Legumbres: Aunque son una fuente genial de proteína, su alto contenido en fibra las hace poco recomendables en estos casos, ya que resultan demasiado pesadas de digestión.
- Alimentos grasos o fritos: Pueden empeorar la inflamación y dificultar la digestión.
- Fibra insoluble: Durante los días de diarrea hay que evitar alimentos como salvado, vegetales crudos y granos integrales, ya que pueden aumentar el movimiento intestinal.
- Azúcares y edulcorantes artificiales: Pueden provocar más evacuaciones líquidas.
- Bebidas con cafeína o alcohol: Son diuréticos y pueden agravar la deshidratación.
- Picantes o muy condimentados: Pueden irritar aún más el tracto gastrointestinal.
- Frutas como manzanas, duraznos y peras
- Bebidas dietéticas, goma de mascar sin azúcar y caramelos que contengan edulcorantes como sorbitol, manitol y xilitol
Bebidas isotónicas, ¿aliadas contra la diarrea?
Las bebidas isotónicas no ayudan directamente a cortar la diarrea, pero pueden ser útiles para reponer electrolitos en caso de deshidratación. Sin embargo, es preferible utilizar soluciones de rehidratación oral específicas, ya que tienen una proporción adecuada de sodio, potasio y glucosa para facilitar su absorción. Por otra parte, durante los días del episodio diarreico es importante realizar una dieta fraccionada, es decir, pequeñas ingestas frecuentes a lo largo del día en lugar de grandes comidas. El motivo es que de esta manera se ayudará a no sobrecargar el sistema digestivo, facilitando la absorción de nutrientes y mejorando la tolerancia gastrointestinal, reduciendo la probabilidad de padecer dolor abdominal.

