
El organismo humano está formado en aproximadamente un 80% agua, por ello es realmente importante en el día a día beber cerda de dos litros de agua diarios. Pero hay que tener cuidado tanto con quedarse corto como con pasarse. No hay que olvidar que no es solamente beber agua sino que cafés, infusiones, lácteos, caldos o incluso frutas entrarían dentro de esta ingesta hidratante que además está vinculada con un mejor envejecimiento. Sin embargo, pasarse por beber demasiados líquidos puede llegar a ser contraproducente. Habitualmente, especialmente si uno vive en un clima cálido o está realizando ejercicio puede no darse cuenta de que está bebiendo demasiada agua. Pero puede ser peligroso para su salud.
Qué es la hiperhidratación
La hiperhidratación o sobrehidratación consiste en que el cuerpo humano tiene más líquidos de los que necesita. Y, para llegar a ella, pueden suceder dos cosas: una es una ingesta desmesurada de líquidos, algo que imposibilita su total excreción por parte de los riñones. Y, el otro camino tiene más que ver con una retención de líquidos y suele estar más presente en personas que sufren determinadas patologías como problemas hepáticos o nefrológicos. También en aquellos que usen AINE, como el ibuprofeno o el dexketoprofeno, con abundancia.
Curiosamente, uno de los colectivos que más riesgos corre acerca de la hiperhidratación es el de los deportistas y atletas. Sobre todo aquellos que se enfrentan a tareas de resistencia, como los corredores de fondo o los ciclistas, pues suele ser un error habitual el consumir demasiada agua cuando se hace deporte.
Pero además, la hiperhidratación puede ser causada por trastornos hormonales, como el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH). En general, cuando el organismo recibe demasiada agua, se produce una dilución de electrolitos: el líquido diluye los niveles de sodio en la sangre, causando hiponatremia, un desequilibrio que afecta a las funciones celulares, pues el sodio es esencial para mantener la homeostasis celular (la capacidad de regular y mantener las condiciones internas estables). Como resultado de la hiponatremia, el agua fluye hacia las células para equilibrar la concentración de sodio, lo que provoca que las células se hinchen.
Señales de alerta de la hiperhidratación
- Síntomas leves: náuseas, vómitos, dolor de cabeza y letargo o cansancio.
- Síntomas moderados: confusión, desorientación, calambres musculares e hinchazón en extremidades o cara.
- Síntomas graves: convulsiones, dificultades respiratorias, pérdida de conciencia y coma.
Hay que tener muy claro que la hiperhidratación puede ser potencialmente mortal si no se trata a tiempo. Las complicaciones graves, como el edema cerebral, pueden causar daño neurológico irreversible o la muerte, aunque esto suele ser más común en casos extremos, como en atletas de resistencia que consumen grandes cantidades de agua sin reponer electrolitos o en personas con condiciones médicas preexistentes que afectan la regulación hídrica.
Riesgos de la hiperhidratación
- Síntomas físicos y cognitivos: Los primeros síntomas de la hiperhidratación incluyen náuseas, vómitos, dolor de cabeza, fatiga y confusión. En casos más graves, pueden desarrollarse convulsiones, coma e incluso la muerte, especialmente si no se trata de manera oportuna.
- Desequilibrio de electrolitos: El principal riesgo de la hiperhidratación es la dilución de los electrolitos en la sangre, especialmente del sodio. Este desequilibrio, conocido como hiponatremia, provoca que las células absorban agua y se hinchen, afectando su funcionamiento normal. En el cerebro, esto puede resultar particularmente peligroso, ya que la inflamación dentro del cráneo puede causar presión intracraneal.
- Estrés en los riñones: El consumo excesivo de agua sobrecarga los riñones, que son responsables de filtrar los líquidos y eliminar el exceso a través de la orina. Si se supera su capacidad máxima de aproximadamente 0.8-1 litro por hora, el agua acumulada comienza a afectar los sistemas del cuerpo.
- Daño cerebral y cardíaco: En casos severos, la hinchazón de las células puede afectar órganos vitales como el cerebro y el corazón, comprometiendo sus funciones. Esto puede llevar a problemas cardíacos o insuficiencia respiratoria.
Cómo prevenir la hiperhidratación
- Beber agua de acuerdo con las necesidades reales del cuerpo, que varían según la actividad física, el clima y otros factores. No forzar la ingesta excesiva.
- Evitar ingerir grandes cantidades en poco tiempo.
- Durante actividades prolongadas, optar por bebidas deportivas que contengan sodio y otros electrolitos para evitar la hiponatremia.
- Si existen enfermedades renales, cardíacas o desequilibrios hormonales, seguir estrictamente las recomendaciones del médico sobre la ingesta de líquidos.

