El amor es el "idioma" universal que todo el mundo entiende, pero no todos muestran o expresan de la misma manera. A veces, en las relaciones personales, no comprender la forma en la que la otra persona da amor puede generar conflictos internos, por ello, es fundamental la comunicación. El británico John Bowlby, psiquiatra y psicoanalista infantil, creó la Teoría del Apego, donde explica cómo los seres humanos crean vínculos emocionales y sobre por qué existen formas distintas de demostrar amor.
Hoy en día, cada vez hay menos tabúes y las personas tienden a hablar más sobre las necesidades individuales y, gracias a ello, las parejas pueden generar un mayor vínculo afectivo. Sin embargo, está demostrado que los seres humanos transmiten sus sentimientos de diversos modos, lo que puede provocar conflictos dentro de la relación. Mary Ainsworth, psicóloga y psicoterapeuta infantil y con un doctorado de la Universidad de Toronto, a raíz de la Teoría del Apego, desarrolló el estudio The Strange Situation (La Situación Extraña). Este se realizó en bebés de entre 12 y 18 meses con el objetivo de clasificar las tipologías de apego.
Tipos de apego
Originalmente se catalogaron tres modelos, pero con el paso del tiempo se añadió uno más y en la actualidad se pueden diferenciar cuatro tipos de apego en las relaciones:
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El apego seguro: se da en las personas capaces de establecer vínculos de confianza sanos y gestionan los conflictos de forma madura.
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El apego ansioso o ambivalente: es típico en los individuos que se preocupan de manera excesiva por el rechazo y suelen necesitar de mucha cercanía.
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El apego evitativo: es un comportamiento que se ve en personas que no disfrutan con la cercanía y suelen evitar el contacto físico, por ello, pueden aparentar ser distantes.
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El apego desorganizado: es visible en las personas inseguras. El miedo genera que tengan comportamientos contradictorios, es decir, son personas que necesitan amor, pero al mismo tiempo, tienen miedo de experimentarlo.
¿Es para toda la vida?
Esta investigación muestra que desde la infancia, la gente se comporta, siente y comparte sus sentimientos de formas muy diferentes, aunque las personas no están condicionadas a vivir siempre en un grupo concreto. Es cierto que la forma de ser de cada uno cumple un factor importante en cómo se desarrollan los vínculos personales, pero las experiencias también son esenciales. Por ello, si alguien desea cambiar, debe hacer autoconciencia y tratar de comunicarse con su pareja.