
La mayoría de los alumnos, cuando piensan en estudiar, les viene a la cabeza largos periodos frente a los apuntes. Sin embargo, este método no suele ser muy eficaz y puede resultar algo frustrante e incluso pesado. Asimismo, tras varias horas de estudio, la capacidad de concentración disminuye y se requiere cada vez de más tiempo para memorizar algo. Para agilizar el estudio y aprovechar bien el tiempo, los expertos aconsejan seguir el método Pomodoro.
¿En qué consiste el método Pomodoro?
Esta estrategia se basa en crear periodos cortos de estudio, con la intención de impulsar la concentración. Este método tiene origen en la década de los años 80 en Italia y fue Francesco Cirillo quien lo ideó y cuyo nombre viene de un temporizador de cocina en forma de tomate que utilizaba para calcular el tiempo de estudio.
Las fracciones de tiempo dedicadas al estudio deben ser de un máximo de 25 minutos para garantizar que la concentración sea óptima, después se debe hacer una pausa de 5 minutos para despejar la mente. Una vez se ha realizado este proceso durante una hora, es decir, tras finalizar cuatro rondas, se recomienda hacer un descanso más largo, de unos 15 a 30 minutos. También es fundamental evitar aparatos tecnológicos que fomenten la dispersión durante los descansos, ya que la idea es que la mente desconecte.
La eficacia de esta técnica de estudio se demostró en el año 2011, cuando la Universidad de Illinois realizó una investigación confirmando que este sistema evitaba que los alumnos se dispersaran entre sus propios pensamientos, gracias a que las pausas permiten interrumpir la monotonía del estudio y mejorar las capacidades de concentración cuando se retoma.
Asimismo, está demostrado que las personas solo pueden volcar el 100% de la atención durante un máximo de tiempo, que varía en función del individuo, de entre 20 a 45 minutos. Por este motivo, ejercer esta táctica puede mejorar el rendimiento académico. Esta dinámica de estudio, también ayuda a gestionar el tiempo y evita que los estudiantes se saturen durante el proceso de aprendizaje.
Por otro lado, aunque el método sea efectivo, memorizar el contenido de una asignatura a base de repetir un mismo texto una y otra vez, sin entender realmente la materia, puede provocar que se olvide a corto plazo. Por ello, es importante repasar todo lo aprendido y comprobar si se han comprendido los elementos clave del temario.


