Menú

Una funeraria amenaza con desahuciar un nicho en pleno entierro: "La única solución es pagar 5.000 euros"

El incidente ocurrió en Valencia durante el entierro del marido de una prima de la fiscal Susana Gisbert, pocos minutos antes de la ceremonia.

El incidente ocurrió en Valencia durante el entierro del marido de una prima de la fiscal Susana Gisbert, pocos minutos antes de la ceremonia.
Imagen de archivo de un cementerio. | David Alonso Rincón

El pasado 5 de julio, lo que debía ser una ceremonia íntima para despedir a un ser querido se convirtió en un episodio de tensión, indignación y desconcierto para la familia de la fiscal Susana Gisbert. Mientras se preparaban para depositar las cenizas del marido de su prima en el nicho familiar del cementerio de Valencia, recibieron una llamada que lo trastocó todo: les exigían 5.000 euros para poder continuar con el acto, bajo la excusa de que la concesión del nicho había caducado.

La historia, contada en primera persona por la propia Gisbert en su cuenta de X (antes Twitter), comenzó con una pérdida inesperada. "En la noche del jueves 3 al viernes 4 muere repentinamente el marido de mi prima. Para mí, mi cuñado favorito", relataba. "Se fue en 6 horas. Un verdadero shock".

Pese al dolor, la familia se volcó en los trámites. "Parecía que todo discurría por sus cauces", escribió Gisbert, quien explicó que se había fijado la ceremonia de despedida para el sábado 5 a las 10:00 horas, aunque luego les pidieron adelantarla a las 9:30. La hora no sería un detalle menor. "Quedaos con la hora, porque es importante", advertía.

La llamada

La sorpresa llegó minutos antes de la ceremonia. A las 9:15, la funeraria telefoneó a la viuda del fallecido para comunicarle que las cenizas no podrían depositarse en el nicho familiar porque, supuestamente, "la concesión ha caducado el 19 de marzo". Gisbert no daba crédito: "Me pasa el teléfono y me sueltan que la única solución es pagar en ese mismo momento al Ayuntamiento la cantidad de... ¡¡¡5.000 euros!!!".

La situación se volvió aún más surrealista al intentar contactar con el consistorio: "Exijo hablar con el Ayuntamiento y me dicen que es sábado y no atienden. Pero sí reciben pagos".

El argumento de la funeraria era que la familia había sido informada por carta o mediante un aviso en el propio nicho. "Me replica que no habré mirado el buzón de casa de mi madre, una casa que yo cerré el día anterior", continuó Gisbert, quien además recordaba que su madre había sido enterrada en ese mismo nicho apenas tres meses antes, el 18 de marzo, sin que nadie mencionara una supuesta caducidad.

La familia temió lo peor. "Entramos en pánico. Ahora no solo no podíamos depositar las cenizas de mi cuñado, sino que quizás hubieran desahuciado el nicho, deshaciéndose de los restos de mis abuelos, de tíos y primos, mi padre y mi madre, fallecida hace 3 meses".

El documento

Mientras la funeraria ofrecía dos únicas soluciones —pagar o comprar un nicho nuevo al momento—, la ceremonia debía comenzar. Fue entonces cuando una cuñada recordó que había fotografiado el documento de la concesión: "Ella hizo una foto de los papeles del nicho y la tiene en el móvil. Juzgad vosotros mismos".

Tras recibir la imagen del título que demostraba la concesión perpetua, la funeraria reculó: "Donde dije digo digo Diego. Que podemos llevar las cenizas". Gisbert, indignada, señala: "Ella les manda al guano porque no quiere perderse la despedida. Obvio".

El documento no dejaba lugar a dudas: el nicho había sido adquirido en junio de 1935 por Manuel Gisbert Rico, abuelo de Susana y entonces alcalde de Valencia. "De no ser perpetuo, nunca podría haber caducado en marzo", afirmaba.

Sin disculpas

Pese a la rectificación, el trato no mejoró. Incluso durante la incineración, la funeraria volvió a llamar a la viuda del fallecido. "Es obvio que sabían que así era porque la hora la habían puesto ellos. Obviamente, ella desatiende la llamada. Ya tenía bastante con lo suyo". Más tarde, al salir del cementerio, volvieron a telefonearla "de modo poco amable", recriminándole no haber respondido antes. ¿Disculpas? "Habéis acertado. Ni una sola disculpa. Aquella voz solo dijo que ‘nos informaba’. Lo oí porque ella puso el altavoz".

Finalmente, las cenizas fueron depositadas en el nicho, donde no había rastro alguno de notificación de desahucio. Pero la experiencia dejó una huella. "Mi cuñado podía descansar en paz. Y nosotras también, aunque el disgusto no nos lo quita nadie".

En Sociedad

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal