
Aunque sus defensores lo presentan como una prenda integradora, el burquini se ha convertido, en muchos casos, en símbolo de la presión cultural que sufren mujeres musulmanas para mantener su cuerpo oculto incluso en espacios lúdicos como piscinas y playas.
El burquini, un traje de baño que cubre completamente el cuerpo de la mujer salvo rostro, manos y pies, fue creado hace dos décadas en Australia como una supuesta herramienta de inclusión. Un traje de baño diseñado para permitir que mujeres musulmanas practiquen deporte sin renunciar a sus creencias. La prenda ha sido prohibida esta semana en la piscina municipal de Ripoll por orden de su alcaldesa, Sílvia Orriols, quien alega motivos de "seguridad". La medida, anunciada en redes sociales.
El término burquini surge de la fusión de las palabras burka y bikini, aunque su función dista mucho de la del primero. Fue inventado por Aheda Zanetti, una diseñadora australiana de origen libanés, a principios de los 2000. La idea surgió tras ver cómo su sobrina se quedaba fuera de las actividades deportivas escolares porque el hiyab tradicional no le permitía practicar con comodidad. Zanetti ideó entonces una alternativa que combinara modestia y funcionalidad: ropa de baño de cobertura total, ligera, elástica y apta para nadar.
Compuesto habitualmente por una túnica larga, pantalones ajustados y una capucha o gorro, el burquini deja el rostro, las manos y los pies al descubierto. Su objetivo no es ocultar, sino permitir la participación activa de mujeres que, de otro modo, quedarían excluidas del espacio público. Desde su lanzamiento, ha tenido acogida en múltiples países y contextos, especialmente entre mujeres que buscan combinar convicciones religiosas con vida social activa.
El burquini fue concebido como una respuesta a la exclusión. Aheda Zanetti afirmó que su creación fue una forma de "tender puentes" tras los disturbios raciales de Cronulla en 2005, cuando crecieron las tensiones entre comunidades en las playas australianas. El traje fue recibido entonces como un gesto hacia la convivencia y el respeto mutuo. La prohibición anunciada ahora en Ripoll, alegando "motivos de seguridad", reabre el debate sobre el uso del burquini en espacios públicos.

