
La Navidad está a la vuelta de la esquina y las calles comienzan a llenarse de luces, escaparates decorados y villancicos que anuncian la llegada de una de las épocas más esperadas del año. La gente comienza a prepararse para las fiestas, vuelven las listas de regalos interminables, la búsqueda de recetas para las comidas especiales y la compra de billetes para reencontrarse con los que viven lejos. Todo se impregna de una energía particular, marcada por el deseo de compartir y disfrutar de los pequeños detalles que caracterizan estas fechas.
Junto a los preparativos, la magia regresa a los hogares. Entre las tradiciones más arraigadas destaca la Lotería de Navidad, símbolo de esperanza colectiva y punto de partida del espíritu festivo. Cada boleto representa una promesa, la posibilidad de cumplir sueños o comenzar el nuevo año con renovadas ilusiones. Así, la expectación por el sorteo se mezcla con el ambiente navideño que poco a poco invade las ciudades.
Cuándo empieza la venta y cómo escoger el número
La venta de la Lotería de Navidad arranca cada año a principios de julio, cuando las administraciones comienzan a distribuir los primeros décimos. Desde ese momento, muchos buscan su número guiados por fechas especiales, supersticiones o simples corazonadas. Además, la venta online ha ampliado las posibilidades de compra, permitiendo acceder a números de cualquier punto del país y extendiendo la ilusión navideña desde pleno verano.
Cuánto toca por décimo
El premio gordo reparte 400.000 euros por décimo, aunque no todo el importe llega íntegro al bolsillo del ganador. A partir de la cantidad exenta establecida por ley, Hacienda aplica una retención del 20 % sobre el resto del premio. La deducción se realiza de forma automática, de modo que el agraciado recibe el importe neto en su cuenta sin necesidad de realizar trámites adicionales.
Aun así, los premios deben incluirse en la declaración de la renta, no para volver a tributar, sino para justificar la procedencia del dinero. Este paso es fundamental para evitar posibles inconvenientes con la Agencia Tributaria. De este modo, la ilusión de ganar se mantiene intacta, pero con la claridad de saber qué parte del premio corresponde realmente al ganador.
Qué pasa si la compra es conjunta
En los décimos compartidos, es esencial dejar constancia por escrito de los participantes y del porcentaje que corresponde a cada uno. No es necesario acudir todos a cobrar el premio, pero sí identificar al representante encargado del trámite. Para evitar conflictos, se recomienda firmar el décimo por detrás con los nombres y la distribución acordada —o enviar una imagen firmada a los implicados—. Así se garantiza la transparencia y se protege el derecho de todos los participantes en caso de resultar premiado.



