El Consejo Escolar de Cataluña ha enviado una propuesta al consejero de Educación de la Generalidad, Ernest Maragall, en la que quieren que se ahonde en la política laicista del Ejecutivo catalán.
A pesar de los datos de fracaso escolar existentes, la gran preocupación pasa porque nombres cristianos no contaminen a los alumnos. Por ello, según informa La Razón, pretenden que a partir del próximo curso se sustituyan los nombres de las vacaciones de Navidad y Semana Santa por las festividades de "invierno" y "primavera".
La Generalidad, que prepara un borrador del decreto, está estudiando seriamente esta medida. Y es que los promotores justifican su idea gracias "al acuerdo mayoritario de los asistentes".
En este sentido, alegan que la eliminación de las nomenclaturas religiosas y el cambio del nombre de las vacaciones responde únicamente a "permitir un primer paso hacia una distribución más racional de los períodos lectivos y de descanso".
Si sale adelante la iniciativa del Consejo Escolar de Cataluña, los alumnos tendrán el curso que viene unas vacaciones laicas, a pesar de que éstas hundas sus raíces en la tradición cristiana de España.
Sin embargo, los promotores alegan que hay que cambiar el nombre debido a la creciente inmigración y a la multiculturalidad. Pero esto contrasta, con el camino que se está siguiendo con otras religiones como la musulmana, en el que se están empezando a reconocer fiestas propias y situaciones especiales como el rezo de los viernes o el Ramadán.
Por su parte, la Confederación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos considera esta propuesta de "absurda", que tiene como fin "marear la perdiz". Así, añaden que tanto la Semana Santa como la Navidad forman parte de "nuestras tradiciones y raíces".