Que bonito. El Papa, las victimas, todos juntos rezando y llorando. Que emocionante.
¿Y los violadores y sus encubridores dónde están? ¿Entre rejas o en un nuevo destino dónde poder seguir ejerciendo su rol de lobo con las ovejitas dulces e ionocentes?
Que asco.
amanda69, acusas injustamente tú, suponiendo que tan asquerosos delincuentes están protegidos por la Iglesia para seguir cometiendo tan repugnantes delitos.