L D (EFE)
Muchos jovencitos se amontonaron en las puertas del coso taurino desde primeras horas de la tarde, en su mayoría chicos y con la inevitable camiseta negra con el anagrama de Iron Maiden. En un escenario lleno de graffitis y con una enorme pasarela que lo cruzaba de un lado al otro, aparecieron con casi total puntualidad, el bajista Seteve Harris, los guitarras David Murray, Adrian Smith y Janick Gers, y el batería Nico McBrain, y tras los primeros acordes de uno de sus temas más emblemáticos, "The number of the beast", salió a escena el cantante Bruce Dickinson.
Todo el primer bloque del concierto estuvo dominado por viejos temas de los años 80, como "The Trooper", "Die with the boots on", "Revelations" y "Hallowed thy name", una de sus piezas más emblemáticas, que fue recibida con grandes gritos del respetable, que llenaba Las Ventas -en un principio el concierto estaba programado para Vista Alegre- y que no dejó de botar durante casi dos horas. El pasado más remoto estuvo representado por uno de sus primeros temas, "22 Acacias Av", de su álbum de debut "Iron Maiden" (1976), y fue esa canción la que dio paso al futuro, ya que Dickinson presentó "Wildest Dreams" como un anticipo del álbum que publicarán en septiembre y que probablemente se llame, como se rumorea entre los internautas, "Dance of death".
Tras una breve vuelta al pasado con "The wicker man", los conocidos como "La doncella de hierro" hicieron "Breve new world", título de su último álbum de estudio y que supuso el regreso de Bruce a la banda en el año 2000. Aunque estos temas nuevos nunca han llegado a cuajar entre sus seguidores, ya que desde la marcha de Dickinson y a pesar del regreso, la banda británica no ha conseguido hacer un tema redondo, prueba de ello es el repertorio de clásicos que utilizan en esta gira mundial llamada "Give Me Ed...Till I´m Dead Tour 2003".
Fue el propio Dickinson el encargado de recordar que en esto del metal "no existe ni el blue, black, gost o speed, sino el único y jodido metal que existe es el nuestro". "Llevamos 25 años -durante los que han vendido 50 millones de álbumes- luchando contra las emisoras de radio que no nos pinchan, y estamos aquí porque vosotros estáis aquí", dijo. "The clansman" se lo dedicaron a la libertad y a las tierras de Escocia, y con "The clairboyant" salió al escenario Eddie, su mascota, un monstruito con cara de calavera, que desde 1979 les acompaña y que salió vestido de emperador, en recuerdo de su último recopilatorio, "Eddie The Great".
Con "Heaven can wait" salieron al escenario todo los miembros del equipo técnico, y tras "Fear of the dark", cerraron el concierto, como hace desde hace 25 años, con su himno personal, "Iron Maiden". No todo terminó ahí y para los bises se guardaron otros tres clásicos, "Bring your daugther", "Two minutes to midnight" y "Run to the hills".
Tras su concierto del miércoles en Barcelona, los rockeros británicos actuarán este viernes en San Sebastián, y a mediados de julio en Jerez (Cádiz), como aperitivo del Festival "Espárrago".
Todo el primer bloque del concierto estuvo dominado por viejos temas de los años 80, como "The Trooper", "Die with the boots on", "Revelations" y "Hallowed thy name", una de sus piezas más emblemáticas, que fue recibida con grandes gritos del respetable, que llenaba Las Ventas -en un principio el concierto estaba programado para Vista Alegre- y que no dejó de botar durante casi dos horas. El pasado más remoto estuvo representado por uno de sus primeros temas, "22 Acacias Av", de su álbum de debut "Iron Maiden" (1976), y fue esa canción la que dio paso al futuro, ya que Dickinson presentó "Wildest Dreams" como un anticipo del álbum que publicarán en septiembre y que probablemente se llame, como se rumorea entre los internautas, "Dance of death".
Tras una breve vuelta al pasado con "The wicker man", los conocidos como "La doncella de hierro" hicieron "Breve new world", título de su último álbum de estudio y que supuso el regreso de Bruce a la banda en el año 2000. Aunque estos temas nuevos nunca han llegado a cuajar entre sus seguidores, ya que desde la marcha de Dickinson y a pesar del regreso, la banda británica no ha conseguido hacer un tema redondo, prueba de ello es el repertorio de clásicos que utilizan en esta gira mundial llamada "Give Me Ed...Till I´m Dead Tour 2003".
Fue el propio Dickinson el encargado de recordar que en esto del metal "no existe ni el blue, black, gost o speed, sino el único y jodido metal que existe es el nuestro". "Llevamos 25 años -durante los que han vendido 50 millones de álbumes- luchando contra las emisoras de radio que no nos pinchan, y estamos aquí porque vosotros estáis aquí", dijo. "The clansman" se lo dedicaron a la libertad y a las tierras de Escocia, y con "The clairboyant" salió al escenario Eddie, su mascota, un monstruito con cara de calavera, que desde 1979 les acompaña y que salió vestido de emperador, en recuerdo de su último recopilatorio, "Eddie The Great".
Con "Heaven can wait" salieron al escenario todo los miembros del equipo técnico, y tras "Fear of the dark", cerraron el concierto, como hace desde hace 25 años, con su himno personal, "Iron Maiden". No todo terminó ahí y para los bises se guardaron otros tres clásicos, "Bring your daugther", "Two minutes to midnight" y "Run to the hills".
Tras su concierto del miércoles en Barcelona, los rockeros británicos actuarán este viernes en San Sebastián, y a mediados de julio en Jerez (Cádiz), como aperitivo del Festival "Espárrago".
