L D (EFE) "Hay gente que empieza a hablar mal el castellano en determinadas regiones donde lo hablaban muy bien y lo escribían muy bien", declaró Salvador en una conferencia de prensa celebrada tras leer la conferencia inaugural de los cursos de formación para profesores de Secundaria de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
El académico de la Lengua indicó que, en las comunidades autónomas bilingües, hay personas que "hablan una lengua mezclada o contaminan la suya", algo que, en su opinión, "acaba estropeando las dos". Salvador aseguró que los nacionalismos están provocando que parte de la población pierda "su lengua propia, que es el castellano" y calificó de "desdeñables" los "mundos pequeños generados alrededor de señas de identidad rebuscadas y de falsedades históricas más o menos aceptadas".
"No se puede dejar la segunda lengua del mundo por una lengua pequeña", advirtió, al tiempo que ensalzó el papel del idioma común para propiciar el "entendimiento colectivo" y no para diferenciarse del resto ni como signo de identidad. En este sentido, recalcó que el uso del español en Hispanoamérica se ha considerado como un "lazo de unión que no debe perderse" y alabó la riqueza lingüística de los hablantes de castellano en América, algo que achacó a que allí ha habido "una mayor atención y un mayor cuidado" en su enseñanza.
El académico de la Lengua indicó que, en las comunidades autónomas bilingües, hay personas que "hablan una lengua mezclada o contaminan la suya", algo que, en su opinión, "acaba estropeando las dos". Salvador aseguró que los nacionalismos están provocando que parte de la población pierda "su lengua propia, que es el castellano" y calificó de "desdeñables" los "mundos pequeños generados alrededor de señas de identidad rebuscadas y de falsedades históricas más o menos aceptadas".
"No se puede dejar la segunda lengua del mundo por una lengua pequeña", advirtió, al tiempo que ensalzó el papel del idioma común para propiciar el "entendimiento colectivo" y no para diferenciarse del resto ni como signo de identidad. En este sentido, recalcó que el uso del español en Hispanoamérica se ha considerado como un "lazo de unión que no debe perderse" y alabó la riqueza lingüística de los hablantes de castellano en América, algo que achacó a que allí ha habido "una mayor atención y un mayor cuidado" en su enseñanza.