L D (EFE)
En lo que se considera como un dictamen histórico, el tribunal indicó el jueves por seis votos a tres que el Estado invadió "la libertad de la persona en sus dimensiones espaciales y trascendentes" al multar a dos hombres sorprendidos por la policía cuando mantenían relaciones sexuales en su apartamento de Texas, hace cinco años. En su defensa legal, el estado de Texas justificó sus acciones contra las relaciones sexuales entre hombres porque "no tiene nada que ver con el matrimonio o la concepción o la paternidad y no está a la par de estas opciones sagradas".
Pero el juez Anthony Kennedy manifestó que en el acto no estaban involucrados menores ni prostitutas sino "dos adultos, que con pleno consentimiento mutuo, sostenían prácticas sexuales comunes en el estilo de vida homosexual". "El Estado no puede rebajar su existencia ni controlar su destino al convertir su conducta sexual privada en un crimen", agregó.
La opinión disidente fue dada por el juez Antonin Scalia, quien indicó que la medida "anuncia el fin de toda la legislación moral" y abrirá el camino para "la imposición judicial del matrimonio homosexual" como ocurrió este mes en Canadá.
La lucha por derogar las leyes contra la homosexualidad había sido encabezada por el Fondo Lambda de Defensa y Educación Legal, que argumentaba que constituían una violación del derecho a la igualdad de protección y debido proceso. Según señalaba el grupo en sus documentos legales, la intimidad sexual en el hogar es un aspecto de la libertad consagrada por la Constitución.
Sin embargo, detractores de los homosexuales consideraron que la decisión usurpó sus derechos de legislar a través de sus representantes electos. "La decisión ha despertado a un gigante dormido y unirá y reforzará a la mayoría de estadounidenses que creen en el matrimonio tradicional y han hecho caso omiso del movimiento hacia el matrimonio homosexual", dijo Mathew D. Staver, presidente del Grupo Consejo de la Defensa.
Pero el juez Anthony Kennedy manifestó que en el acto no estaban involucrados menores ni prostitutas sino "dos adultos, que con pleno consentimiento mutuo, sostenían prácticas sexuales comunes en el estilo de vida homosexual". "El Estado no puede rebajar su existencia ni controlar su destino al convertir su conducta sexual privada en un crimen", agregó.
La opinión disidente fue dada por el juez Antonin Scalia, quien indicó que la medida "anuncia el fin de toda la legislación moral" y abrirá el camino para "la imposición judicial del matrimonio homosexual" como ocurrió este mes en Canadá.
La lucha por derogar las leyes contra la homosexualidad había sido encabezada por el Fondo Lambda de Defensa y Educación Legal, que argumentaba que constituían una violación del derecho a la igualdad de protección y debido proceso. Según señalaba el grupo en sus documentos legales, la intimidad sexual en el hogar es un aspecto de la libertad consagrada por la Constitución.
Sin embargo, detractores de los homosexuales consideraron que la decisión usurpó sus derechos de legislar a través de sus representantes electos. "La decisión ha despertado a un gigante dormido y unirá y reforzará a la mayoría de estadounidenses que creen en el matrimonio tradicional y han hecho caso omiso del movimiento hacia el matrimonio homosexual", dijo Mathew D. Staver, presidente del Grupo Consejo de la Defensa.