L D (EFE) La Comisión de Sanidad se reunió el jueves para debatir el Plan de Prevención de la Consejería de Sanidad, activado desde el 15 de junio y que cesará el 30 de septiembre. Desde que se puso en marcha, se ha alertado la red sanitaria en cinco ocasiones para adecuar sus recursos: tres con nivel de riesgo 1 o "de precaución", la primera el 25 de junio, y en otras dos ocasiones , con el siguiente nivel, de "alto riesgo", la primera de ellas, el martes 29 de junio.
Los umbrales se determinan en función de las previsiones del Instituto Nacional de Meteorología para diez días: el nivel 0 es de normalidad, el nivel 1 de precaución cuando las temperaturas suben por encima de 36,5 grados, "registro a partir del cual sube la mortalidad", y nivel 2 cuando la máxima es igual o superior a 38,6 grados o cuando se mantienen cuatro días seguidos los 36,5 grados. Según Lamela, "por encima de los 38,5 grados la mortalidad aumenta un 20 por ciento, y más si se mantiene varios días", por lo que para la alerta se trabaja con previsiones meteorológicas, "lo que permite al sistema sanitario adecuarse con información y previsión suficientes para actuar".
Los niveles de alerta se comunican de manera automática a la Dirección General del Mayor, a Sanidad, a la Concejalía de Empleo de Madrid, a los responsables de todos los medios de comunicación y a través de la web y el sistema de sanidad ambiental creado por este plan en la web de la Consejería de Sanidad. El consejero destacó los 253.286 folletos informativos sobre medidas para paliar los efectos del calor, con especial hincapié en el cuidado que deben extremar los niños, ancianos y subgrupos de riesgo como deportistas, trabajadores y personas expuestas de manera prolongada a altas temperaturas.
Lamela instó a la oposición a "ser responsables para no generar alarma" entre la población "cuando estamos en parámetros de temperaturas en los que nos hemos movido siempre en España", y anunció que comparecerá después del 30 de septiembre para hacer balance del plan y de la incidencia del calor entre la población.
El portavoz del PSOE en la comisión, Lucas Fernández, aseguró que "hubiera sido más efectivo que se hubiera puesto aire acondicionado en los hospitales y las residencias de ancianos de Madrid, gastando menos en panfletos y folletos y más en prevención. Prever es que no se tengan que comprar ventiladores para las habitaciones del Clínico".
Los umbrales se determinan en función de las previsiones del Instituto Nacional de Meteorología para diez días: el nivel 0 es de normalidad, el nivel 1 de precaución cuando las temperaturas suben por encima de 36,5 grados, "registro a partir del cual sube la mortalidad", y nivel 2 cuando la máxima es igual o superior a 38,6 grados o cuando se mantienen cuatro días seguidos los 36,5 grados. Según Lamela, "por encima de los 38,5 grados la mortalidad aumenta un 20 por ciento, y más si se mantiene varios días", por lo que para la alerta se trabaja con previsiones meteorológicas, "lo que permite al sistema sanitario adecuarse con información y previsión suficientes para actuar".
Los niveles de alerta se comunican de manera automática a la Dirección General del Mayor, a Sanidad, a la Concejalía de Empleo de Madrid, a los responsables de todos los medios de comunicación y a través de la web y el sistema de sanidad ambiental creado por este plan en la web de la Consejería de Sanidad. El consejero destacó los 253.286 folletos informativos sobre medidas para paliar los efectos del calor, con especial hincapié en el cuidado que deben extremar los niños, ancianos y subgrupos de riesgo como deportistas, trabajadores y personas expuestas de manera prolongada a altas temperaturas.
Lamela instó a la oposición a "ser responsables para no generar alarma" entre la población "cuando estamos en parámetros de temperaturas en los que nos hemos movido siempre en España", y anunció que comparecerá después del 30 de septiembre para hacer balance del plan y de la incidencia del calor entre la población.
El portavoz del PSOE en la comisión, Lucas Fernández, aseguró que "hubiera sido más efectivo que se hubiera puesto aire acondicionado en los hospitales y las residencias de ancianos de Madrid, gastando menos en panfletos y folletos y más en prevención. Prever es que no se tengan que comprar ventiladores para las habitaciones del Clínico".