
La gobernadora de Leyte, Rosette Lerias,emitió un llamamiento "a las personas de buen corazón para que donen comida, agua, mantas, medicinas y máscaras faciales". Lerias explicó que en las primeras 24 horas de la tragedia los equipos de rescate han tenido que excavar con las manos y en medio de lluvias intermitentes.
No obstante, la comunidad internacional y el propio gobierno filipino han acudido con prontitud al llamamiento de socorro en San Bernardo. El NDCC ha recibido ofrecimientos de la ONU, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), España (Agencia Española de Cooperación Internacional -AECI- y la organización no gubernamental Unidad Canina de Rescate y Salvamento), Estados Unidos, Australia y Japón, de momento.
El director de la AECI en Filipinas, José María Taberné, declaró a Efe que han quedado el lunes con la Cruz Roja filipina para recibir una lista de necesidades. Por su parte, la ONG española con experiencia internacional en operaciones de rescate en situaciones de desastres naturales ha ofrecido cinco especialistas, un médico y cinco perros adiestrados.
Lo primero es "rescatar a todas las personas que han sobrevivido"
El encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Manila, Paul Jones, dijo que dos buques estadounidenses, entre ellos el navío de asalto ESSEX, tienen previsto llegar el domingo a San Bernardo con 17 helicópteros, mil soldados, mantas y la capacidad para depurar toda la cantidad de agua potable que se necesite. Jones se encontraba a la derecha de la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, durante la reunión de urgencia que celebró en Manila al comenzar la tarde.
"Primero y antes que otra cosa, el Gobierno está centrado en rescatar a todas las personas que han escapado a la tragedia pero que necesitan asistencia", destacó la mandataria filipina en la sesión, a la que asistían representantes de todos los ministerios y agencias públicas implicadas en las operaciones de salvamento. "Lo segundo es hacer todos los esfuerzos para recobrar cada una de las víctimas (...) no descansaremos hasta que se hayan recobrado todos los muertos y se les haya enterrado de manera adecuada", añadió. "Y, por último, debemos proporcionar auxilio inmediato a los supervivientes y empezar a reconstruir viviendas seguras para ellos", concluyó la presidenta filipina.
Un destacamento de 500 militares, policías y voluntarios civiles escarban ya la capa de lodo, en algunos tramos de hasta nueve metros de espesor, que cubre las barriadas de Guinsaugon, Sug-angon y Kabakan en San Bernado, las afectadas por el alud. La escuela con los 206 niños y 40 maestros sepulta bajo el lodo pertenece a Guinsaugon.
