L D (EFE)
La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los asistentes a la misa oficiada por Luis Mosquera, quien, con algunos moratones por el impacto de los objetos, fue escoltado a la jefatura policial de Barquisimeto, capital del estado Lara, en el noroeste de Venezuela, de donde salió luego con paradero desconocido, informó este lunes el diario caraqueño "Ultimas Noticias".
Poco después de los desórdenes, que dejaron dos vehículos casi destruidos y graves daños en la iglesia católica de San Jacinto de Barquisimeto, el fiscal superior de Lara, Jorge Querales, ordenó la detención del sacerdote y anuló la orden de libertad dictada un día antes por uno de sus subalternos, pero el acusado ya había desaparecido.
El fiscal superior ordenó la detención del sacerdote conforme a un informe policial que aseguró que en la sotana del cura y en la vestimenta del menor violado se encontraron residuos de semen y sangre, lo que un fiscal de menor rango adujo inicialmente que se trataba de "indicios insuficientes" para inculpar al cura.
Querales también se basó en el informe médico que dio cuenta de que el menor, que el pasado viernes fue enviado al templo por sus padres a preguntar los horarios de las misas cuando supuestamente sufrió el abuso sexual por parte del religioso, está hospitalizado y presenta un cuadro físico y psicológico "extremadamente difícil".
Poco después de los desórdenes, que dejaron dos vehículos casi destruidos y graves daños en la iglesia católica de San Jacinto de Barquisimeto, el fiscal superior de Lara, Jorge Querales, ordenó la detención del sacerdote y anuló la orden de libertad dictada un día antes por uno de sus subalternos, pero el acusado ya había desaparecido.
El fiscal superior ordenó la detención del sacerdote conforme a un informe policial que aseguró que en la sotana del cura y en la vestimenta del menor violado se encontraron residuos de semen y sangre, lo que un fiscal de menor rango adujo inicialmente que se trataba de "indicios insuficientes" para inculpar al cura.
Querales también se basó en el informe médico que dio cuenta de que el menor, que el pasado viernes fue enviado al templo por sus padres a preguntar los horarios de las misas cuando supuestamente sufrió el abuso sexual por parte del religioso, está hospitalizado y presenta un cuadro físico y psicológico "extremadamente difícil".
