
Tai y Naiyahmi Yasharahyalah son una pareja de origen africano que vivía en Birmingham con su familia. Tenían una estricta dieta vegana, en la que incluían a su hijo, Abiyah, de tres años. No comía ni carne, ni pescado, ni huevos, ni leche. Tan solo se alimentaba con legumbres, frutas, cereales y productos derivados de plantas. Por esta razón, el niño padecía deficiencias de hierro, calcio, vitamina B y proteínas que le causaron anemia y gripe.
Sin defensas para superar estas enfermedades, los padres decidieron no llevar a su hijo al hospital, optando en su lugar por ofrecerle un tratamiento casero con ajo y jengibre para aliviar sus síntomas respiratorios.
Los remedios caseros no fueron suficientes y Abiyah falleció a principios de 2020. Los padres mantuvieron el cuerpo del niño dentro de la casa durante 8 días con la finalidad de que su hijo "regresara a la vida". Después, lo embalsamaron con incienso y lo enterraron en el jardín.
Desnutrición, raquitismo y anemia
A pesar de que el niño ya había fallecido, su padre seguía publicando vídeos en sus redes sociales como si estuviera vivo. Los servicios sociales acudieron a la casa de la pareja para preguntar si Abiyah vivía allí y los padres confesaron que el pequeño había muerto y que estaba enterrado en el jardín.
Los servicios sociales se llevaron el cadáver para realizarle la autopsia, que reveló un grado severo de desnutrición, anemia, raquitismo y un retraso en el crecimiento. Los forenses también descubrieron fracturas en el brazo, las piernas y las costillas de Abiyah. Tai y Naiyahmi alegaron que el niño se había caído un mes y medio antes de su fallecimiento.
Una familia con su propio sistema de creencias
La pareja se casó en 2015, y desde entonces tenían su propio sistema de creencias que incorporaba aspectos de la cultura Igbo nigeriana, según se informó al tribunal.
Tai Yasharahyalah, el padre, se presentó como el jefe de un país ficticio en el se había proclamado como rey con sus hijos y su mujer como súbditos. La pareja tenía hasta sus propios pasaportes de este supuesto país.
Habían sido deshauciados de su casa y vivían en una caravana en condiciones infrahumanas con su otro hijo. La pareja ha sido declarada culpable, por unanimidad, de homicidio por una negligencia grave. Durante el juicio, los testigos señalaron la delgadez extrema que sufría la pareja.
Tai, el padre, ha sido condenado a 24 años y medio de cárcel, mientras que Naiyahmi, la madre, ha sido condenada a 19 años de prisión.

