
Un peruano de 52 años murió asesinado el pasado viernes durante una pelea en el llamado ‘hotel okupa’ de Madrid, que recorrió Libertad Digital -en el mes de noviembre- tras el crimen de un colombiano de 35 años durante una supuesta riña futbolística (aunque varios testigos nos aseguraron que se trató de un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas). Este es, por tanto, el segundo suceso de estas características en dos meses.
En esta ocasión, la víctima tenía subarrendada una habitación del inmueble que okupó con su pareja -que también resultó herida y posteriormente detenida- en el mencionado complejo de apartamentos (los antiguos Aragón Suits) al presunto responsable de su muerte. Un joven argentino -de 28 años- que asestó varias puñaladas a su ‘casero’ en el tórax y el abdomen, parece ser que durante una discusión relacionada con dinero.
Los hechos se registraron alrededor de las 18.00 horas. La pelea comenzó entre la mujer -también peruana, de 52 años- y el ‘inquilino’. Más tarde se incorporó el varón que resultó fallecido. Los tres implicados usaron armas blancas. El arrestado fue capturado a menos de un kilómetro de la urbanización del madrileño distrito de San Blas, ensangrentado y malherido. Necesitó asistencia médica.
El ‘hotel’ de San Blas -uno de los últimos fiascos de Rafael Gómez Arribas, conocido por ser el dueño del controvertido aeropuerto de Ciudad Real- fue masivamente okupado hace alrededor de nueve meses. Desde entonces, este tipo de sucesos se han convertido en algo habitual. Muchos de ellos ni siquiera trascienden. Pero ocurren y tienen atemorizados a los vecinos más antiguos, que vivían en la urbanización antes de que la empresa administradora desapareciera.
Es tras el abandono de la propiedad cuando los okupas ven la oportunidad de hacerse con ella y convertir el complejo en su feudo. Ahora son los clanes de la droga y las bandas latinas los que dominan el territorio. Sólo tres días antes de este último apuñalamiento múltiple -con resultado de muerte- se producía una pelea tumultuaria que acabó con el arresto de once personas (diez colombianos y un venezolano).
Primer asesinato, en noviembre
Precisamente el viernes conocíamos la detención en Barcelona del presunto asesino del colombiano de 35 años apuñalado el pasado 24 de noviembre en el ‘hotel okupa’ de San Blas, ubicado en el 3-5 de la calle de Lola Flores de Madrid. El arrestado, de 25 años, se encontraba escondido en la Ciudad Condal después que se produjeron los hechos. El varón fue capturado el 8 de enero por los Mossos de Esquadra -tras un aviso del Grupo V de Homicidios- en un control rutinario y cuenta con antecedentes por delitos contra el patrimonio.
La víctima fue atacada en el portal de uno de los cinco edificios que componen la urbanización (de lujo hasta que su propietario la abandonó a su suerte hace dos años), supuestamente durante una pelea entre aficiones rivales por una disputa futbolística. Cuando Libertad Digital estuvo en el complejo, algunas de las personas que residen en estos apartamentos nos confesaron a micrófono cerrado que esa versión de los hechos es la "oficial".
Pero, según sus testimonios, el asesinato fue "un ajuste de cuentas por un asunto de drogas". Le tendieron una trampa, aseguran. "Le hicieron salir con la excusa de que alguien intentaba llevarse su vehículo y le rajaron el cuello al pasar", nos contaron. Y ocurrió a sólo unos metros de "donde jugaban los niños". Le asesinaron un domingo, a plena luz del día. Su cuerpo yacía en el suelo con un gran corte en el cuello mientras algunos miraban impasible, como se puede ver en los videos que circularon por las redes sociales.
La gran reyerta
El complejo okupado, a sólo cinco minutos del aeropuerto de Barajas, se ha convertido en uno de los focos de delincuencia de la capital de España. Además de los dos asesinatos, se han registrado otros incidentes graves, como el del secuestro en enero de 2024 de dos miembros de un clan por parte de un grupo en el que se encontraba uno de los asesinos de Sandra Palo.
No obstante, la situación se han agravado desde noviembre. El punto de inflexión fue una gran reyerta multitudinaria (participaron alrededor de 15 personas) que se registró el día 5 -con navajas, machetes y algún arma de fuego-. Un policía resultó herido durante el forcejeo con uno de los implicados. Finalmente fue detenido, junto a otras cinco personas (uno de ellos menor de edad).
ES obvio que nos pasan más porque la zona está permanentemente vigilada por agentes de Policía Nacional que -según nos contaron- no pueden despistarse ni un momento. "Es un sitio peligroso", aseguran. "en cualquier momento salta la chispa". "Hay armas, se pelean por el control de la venta de estupefacientes y de los pisos, que alquilan y venden como si fueran suyos... Todos los días se producen altercados y reyertas".


