Un hombre que paseaba con su hijo pequeño y su perro por los alrededores del parque temático Gulliver's World en Warrington (Inglaterra), alrededor de las 10.45 de la mañana, se topó —el 14 de marzo de 1998— con un bebé recién nacido sin vida en el interior de dos bolsas de basura anudadas. El pequeño fue declarado muerto a las 11.25 horas. La autopsia reveló que tenía trozos de tejido en en la boca y la garganta.
Callum —el nombre que se le dio al bebé— fue asesinado. Durante más de dos décadas, la identidad de sus padres y la del autor del crimen ha sido un misterio. Se empezó a aclarar hace tres años, cuando las pruebas de ADN determinaron la conexión del menor hallado en el bosque con Joanne Sharkey. La mujer, de 55 años en la actualidad, resultó ser su madre. Y ahora —27 años después— ha confesado que ella misma lo mató justo después de nacer.
Lo ha hecho entre lágrimas durante el juicio que se sigue contra ella por el asesinato —cargo del que fue acusada el 15 de abril de 2024— del conocido como ‘Baby Callum’ (nombre que se le dio en referencia a la zona en la que se halló su cuerpo, en el distrito de Callands en Warrington), en el que Sharkey se ha declarado culpable de homicidio por responsabilidad disminuida y de ocultar el nacimiento de su hijo, a pesar de que había negado los hechos todo este tiempo.
Según el estudio realizado por los expertos y psiquiatras designados tanto por la fiscalía como la defensa, la mujer sufría depresión posparto en ese momento. "Este asesinato es imposible de entender sin la existencia de una enfermedad depresiva de moderada a severa", ha indicado el ministerio público, "que afectó sustancialmente la capacidad de Joanne Sharkey para formar un juicio racional y ejercer el autocontrol".
Ocultó el embarazo
Joanne se quedó embarazada de Callum cuando su hijo mayor tenía menos de un año y decidió no decirle nada a su marido (ni a nadie). Así lo habría revelado la investigación realizada por la policía, que llevó a la detención de la pareja el 28 de julio de 2023 (en su casa de Liverpool) y a la posterior puesta en libertad sin medidas de Neil Sharkey.
La clave, una vez más, fue la prueba de ADN. En enero de 2022, el Departamento de Policía de de Cheshire inició una revisión de casos sin resolver y apareció una coincidencia parcial con un perfil genético que estaba almacenado en la base de datos nacional. Era un pariente de Joanne, cuya identidad no ha sido revelada.
Utilizando técnicas de ADN avanzadas, que no estaban disponibles en la década de los noventa, los investigadores llegaron hasta ella. Joanne era la madre del niño y su esposo, Neil, su padre. El varón desconocía por completo el segundo embarazo de su mujer y —por tanto— también que ella le hubiera quitado la vida tras dar a luz en su domicilio.
Un caso sin resolver
A pesar de los esfuerzos de la policía, el asesinato de Callum permaneció en la lista de casos sin resolver durante más de dos décadas. Tras el hallazgo de su cadáver y en los aniversarios de los años posteriores, se realizaron distintos llamamientos con el objetivo de identificar a los padres del bebé y llegar hasta su/s asesino/s.
La investigación se sometía a revisiones periódicas, en las que se incluían búsquedas actualizadas en la base de datos de ADN de la policía nacional y análisis adicionales a medida que se producían avances en las técnicas que se utilizaban. Gracias a una de ellas, se estableció el vínculo familiar y se pudo cerrar el caso, que causó conmoción en Warrington.
Los vecinos pusieron en marcha una campaña de recaudación de fondos para sufragar los gastos del funeral y pagar la lápida del bebé, que no tuvo padres reconocidos hasta 2023. Unas 150 personas asistieron a los actos fúnebres que se celebraron tras el hallazgo del cadáver de Callum, para acompañar al pequeño en su despedida.