Stephanie Demetrius, de 44 años, ha sido acusada de conspiración para cometer asesinato. La mujer, maestra suplente en Ohio (Estados Unidos), pidió a un estudiante de secundaria que matara a su marido a cambio de 2.000 dólares. El joven aceptó, dado que la mujer llegó a pagarle un adelanto de 250 dólares. Pero el plan fue frustrado por la madre del adolescente, que encontró los mensajes que habían intercambiado en el móvil de su hijo y puso el asunto en conocimiento de la policía.
Según los registros del Tribunal Municipal del Condado de Franklin, a los que ha tenido acceso WSYX, Demetrius se acercó el pasado 26 de marzo a un estudiante de la Academy for Urban Scholars High School (escuela de secundaria de Columbus) para encargarle el crimen y le dio un pequeño "pago inicial". Posteriormente, la maestra suplente facilitó al adolescente vía telefónica la información necesaria para cometer el asesinato. Entre otras cosas, cuándo estarían fuera de casa sus cuatro hijos.
La llamada, que fue grabada y consta en los registros judiciales, refleja las ansias de la mujer por ver a su excompañero de vida muerto. "Cuando se le preguntó por si los vecinos oirían los disparos, ella respondió que no le importaban los vecinos", señala la policía en su declaración jurada. La mujer exhibía un "comportamiento posesivo y controlador" hacia quien fuera su marido, ha añadido ante el tribunal el fiscal adjunto del Condado de Franklin, Parker Schwartz.
Ella, por su parte, niega los hechos. "Se trata de una invención", ha señalado su defensa este jueves. El abogado asegura que la acusada espera con impaciencia el momento de su comparecencia —prevista para el 11 de abril— para dar las explicaciones pertinentes. El juez ha fijado la fianza en 150.000 dólares y ha ordenado a Demetrius que se mantenga alejada del menor involucrado en el caso como parte de las condiciones de su libertad provisional.
Intentaron divorciarse en 2017
El matrimonio se había separado y estaba en trámites de divorcio. Ella misma interpuso la demanda en 2024. Aunque la pareja tenía problemas desde hace años. En 2017, ya intentaron divorciarse. Iniciaron los trámites y posteriormente se echaron atrás. El varón solicitó la custodia de los hijos que tienen en común en julio del año pasado.
Entre otras cosas, alegaba que tres semanas antes ella había violado una orden de alejamiento (que el varón logró tras recibir supuestas amenazas de muerte) y entró a robar en su casa. Según su relato, se habría llevado un ordenador portátil y dinero en efectivo que había en la vivienda.
Antecedentes violentos de la mujer
En julio de 2024, el varón detalló una serie de antecedentes violentos que habrían motivado tanto la petición de la orden de alejamiento como la custodia de sus hijos. La acusada habría usado unas tijeras para "apuñalar" a su marido cuando uno de los niños estaba en la vivienda y hasta provocado un incendio en el sótano de la casa.
"Ha agredido físicamente a dos de los menores y al padre", señala el expediente del caso. "Corren peligro, ya que su madre continúa regresando a la residencia conyugal y rompiendo ventanas y puertas para entrar por la fuerza", añade. "El padre acusado ha hecho numerosos intentos por resolver la situación con la madre, quien parece estar intensificando su comportamiento errático y amenazante".