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Una niña de 12 años, atada con correas a una cama y obligada a ingerir comida para gatos

La menor presentaba desnutrición severa y pesaba poco más de 22 kilogramos cuando el caso se destapó.

La menor presentaba desnutrición severa y pesaba poco más de 22 kilogramos cuando el caso se destapó.
Foto publicada por la madre de la menor meses después de perder su custodia. | Facebook/Correccional de Luzerne

La madre y la abuela de una niña de 12 años de Pensilvania –Amanda Lynn Gregorio, de 35 años, y Stacey Ann Louder, de 52— han sido acusadas de maltratar a la menor. La investigación, que comenzó en septiembre de 2024, ha revelado que las mujeres ataban a la pequeña a una cama —por los pies, las manos, las piernas y el pecho— para que permaneciese sin moverse durante largos periodos de tiempo. Además, la alimentaban a base de comida para gatos. Cuando el caso se destapó, la víctima presentaba desnutrición severa y pesaba poco más de 22 kilos (50 libras).

Los hechos vieron la luz después de que la niña tuviera que ser atendida por convulsiones en urgencias. Su madre dijo a los médicos que había suministrado a su hija 50 mg de Benadryl y 60 mg de melatonina antes de la crisis. El estado físico de la menor alertó a los facultativos, que dieron la voz de alerta a las autoridades. Además de una delgadez extrema, presentaba: cortes, moratones y signos de haber sido atada. Motivo por el que fue puesta bajo custodia de los Servicios Sociales del condado de Luzerne.

Según los informes del caso, a la que ha tenido acceso The Citizens' Voice, los investigadores consideraron que la mujer medicó "intencionalmente en exceso" a la niña antes del episodio y pudieron confirmar el relato de la víctima a través del testimonio de varios testigos. La propia menor contó a los agentes las terribles condiciones en las que su madre y su abuela le habían obligado a vivir, teniendo que orinar y defecar en la cama a la que la sujetaban con correas durante horas (incluso mientras dormía), mientras la vigilaban con una cámara.

Uno de los mencionados testigos explicó a la policía que había visto una fotografía en la que la niña estaba encadenada a su colchón "como Jesús en la cruz". Cuando se vio acorralada, Gregorio admitió que ataba a su hija pero aseguró que no quería hacerlo. Lo hizo —les dijo—porque su madre (la abuela de la menor) la obligó. En cualquier caso, los agentes pudieron constatar que ella había agredido de forma habitual a su hija a lo largo de los años. Los registros médicos revelan que varios traslados de urgencia con huesos rotos y fracturas desde 2017.

Sobre Louder y Gregorio —que fueron arrestadas el pasado lunes, tras siete meses de investigación— pesan una larga lista de cargos por estos hechos: agresión agravada a una víctima menor de 13 años, conspiración, retención ilegal, poner en peligro el bienestar de un niño, etc. En estos momentos, ambas se encuentran recluidas en el Centro Correccional del Condado de Luzerne bajo fianza de 125.000 dólares. Y está previsto que comparezcan ante el tribunal el próximo 6 de mayo.

Cuando el cuidador es el agresor

"El abuso de esta menor ofende el sentido de la decencia de toda madre, abuela y cualquier otra persona respetable imaginable", ha señalado el fiscal de distrito del condado de Luzerne —Sam Sanguedolce— a través e un comunicado.

"Una vez más, las mismas personas a quienes esta menor recurriría para su seguridad fueron sus agresores", añade, "es difícil imaginar la desesperanza que deben sentir los niños abusados ​​en estas situaciones".

"Buscaremos las máximas penas permitidas por la ley con la esperanza de transmitir el mensaje de que este comportamiento merece un castigo severo", ha aseverado el fiscal.

Su perfil de Facebook

Si echamos un vistazo al perfil de Amanda Lynn Gregorio (la madre) en Facebook, observamos que la mujer tiene una relación con un hombre desde el 3 de noviembre de 2022 que —por su parte— no hace alusión alguna al respecto en su cuenta (o las ha borrado tras su detención).

Ella había empezado a trabajar en un establecimiento de helados en el mes de marzo y —lo más llamativo— publicaba imágenes de su hija con total normalidad, como si siguiera viviendo con ella en su casa de Exeter. Llama especialmente la atención una estampa navideña con la menor, que compartió el pasado 29 de enero.

Cabe recordar que la custodia de la niña le fue retirada en septiembre de 2024, tras el episodio médico (convulsiones) por el que la menor tuvo que ser atendida en urgencias y a partir del cual se destaparon los malos tratos que su madre y su abuela presuntamente le propinaban.

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