Las cismáticas de Belorado se han establecido en el Monasterio de Santa Clara en Orduña (Vizcaya) tras conocer la sentencia condenatoria del Juzgado de Primera Instancia de Briviesca, que las obliga a desalojar el Monasterio de Nuestra Señora de Bretonera en Burgos. Por tanto, vuelven a atrincherarse en un inmueble que pertenece a la orden de las Clarisas, de la que formaban parte hasta anunciaron su ruptura con Roma y fueron expulsadas de la vida consagrada.
Lo peor es que se han marchado de Belorado llevándose consigo a las cinco hermanas mayores —de más de 85 años y un estado de salud delicado, como las propias cismáticas reconocen en su último comunicado—. Algo que preocupa a familiares y otras personas del entorno de las monjas, que el comisario pontificio ha mantenido al margen de la crisis cismática atendiendo a las condiciones en las que se encuentran las ancianas.
"El traslado de las hermanas mayores a Orduña es un despropósito. Un auténtico despropósito", señalan fuentes eclesiales cercanas al caso del cisma de Belorado en declaraciones a Libertad Digital. "Se las llevaron en plena noche. Tú imagínate cinco mujeres mayores de más de 80 años, una de 101 años, y en esas condiciones", continúan. "Además se la llevan a una casa que no está acondicionada", nos aseguran.
No está acondicionado
El agua corriente y la calefacción no llegan a todas las zonas del monasterio, según nos explican. Por otra parte, "está muy derruido". "Aunque arreglaron el tejado, no está en condiciones ni para que viva gente joven", exclaman. Algo que contradice el relato que las cismáticas mantiene en un post publicado este domingo en Instagram.
"Fue preparado y acondicionado para las hermanas mayores desde que la comunidad puso el pie en ese monasterio en el año 2020", señalan las exmonjas. Habrían arreglado el ascensor y reformado tanto los baños como los accesos a la iglesia y otras dependencias de la finca, afirman en su publicación en redes.
Nuestras fuentes, que conocen el monasterio de Orduña a la perfección, niegan que se hayan realizado todas esas mejoras que mencionan las cismáticas y consideran que dejar a las hermanas mayores en Orduña "pone en peligro" sus vidas, especialmente de las que tienen una estado de salud más precario.
Aseguran que —por ejemplo— "sólo hay una habitación con baño adaptado". La situación que espera a las clarisas ancianas es "absolutamente lamentable", aseveran en vista de que "a partir de septiembre hará frío y no tendrán calefacción". "Después de esto, ya no sé qué puede pasar", advierten.
Reubicación de las ancianas
Las cismáticas critican la decisión de la Fiscalía de reubicar a las clarisas ancianas en otros conventos de la orden a la que pertenecen. Sin embargo, parece lo lógico a la vista del extracto de la "motivación judicial" que ellas mismas han publicado y que contiene el auto que les "dejó la comitiva judicial en su agresiva intervención del otro día, por la que, a la fuerza, quisieron ejecutar esta orden, en contra de la voluntad de las afectadas y del resto de la comunidad".
El propio fallo indica que "consta el informe del médico forense" (de una de las monjas en cuestión) que indica que "requiere de apoyo estructural y asesoramiento para la realización de cualquier acto de naturaleza económica o contractual que exceda de la gestión cotidiana de pequeños gatos, lo que puede limitar la disponibilidad de datos o recursos para que ejerza su derecho a decidir con plena autonomía".
Por tanto, sigue, una vez "celebrado el juicio de desahucio por precario que puede suponer el desalojo del Monasterio y las dificultades de asistencia para esta persona, justifica su traslado para su adecuada atención". En consecuencia, se acuerda "su entrega a su representante legal o la persona (...) o la persona en la que él mismo delegue".