
La Policía Nacional ha detenido a un hombre acusado de tenencia, almacenamiento y fabricación de explosivos, así como de causar daños en el patrimonio, tras la explosión de un artefacto de gran potencia en una fuente del Parque Arriaga, ubicado en el distrito madrileño de Ciudad Lineal. El sospechoso, que elaboró el dispositivo con un alto grado de conocimiento, fue arrestado en agosto y enviado a prisión por orden judicial.
El suceso ocurrió el pasado 15 de julio, cuando una fuerte detonación alertó a los vecinos presentes en el Parque Arriaga. Varios de ellos llamaron de inmediato al 091 para informar de lo sucedido. Al lugar acudieron los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) de la Policía Nacional, quienes confirmaron que la explosión había causado daños visibles en la fuente, con adoquines rotos y desperfectos en el hormigón.
Investigación policial
Tras constatar la utilización de un artefacto de fabricación casera, se abrió una investigación para identificar al responsable. Durante las primeras diligencias, los agentes comprobaron que se trataba de un explosivo complejo, diseñado con mecanismos de activación a distancia. Esa capacidad técnica llamó la atención de los investigadores, que concluyeron que el autor contaba con conocimientos avanzados en pirotecnia y en la elaboración de explosivos.
El detenido fue localizado en agosto y puesto a disposición judicial, que decretó su ingreso en prisión provisional. Por el momento, la Policía Nacional le imputa los delitos de tenencia, almacenamiento y fabricación de explosivos, además de daños en el patrimonio.
Las indagaciones permitieron determinar que el autor no realizó ningún tipo de reivindicación tras la explosión. De hecho, según la Policía, no existía motivación política ni ideológica detrás del acto, sino que fue llevado a cabo "por diversión". Este detalle, unido al elevado nivel técnico del artefacto, fue uno de los aspectos más relevantes de la investigación.
Material incautado
En el marco de la operación, los agentes registraron sus domicilios tanto en Madrid como en Almería. Allí localizaron e intervinieron sustancias y materiales empleados en la fabricación de explosivos, entre ellos receptores, transmisores, mechas e iniciadores. Estos hallazgos confirmaron la capacidad del sospechoso para reproducir de nuevo dispositivos similares al que hizo estallar en el parque madrileño.
La explosión del 15 de julio provocó la rotura de parte de la fuente y otros daños materiales en el entorno, aunque no se produjeron lesiones entre las personas que se encontraban en la zona en ese momento. La rápida intervención policial y la posterior investigación permitieron evitar nuevos incidentes.

