
El 14 de diciembre de 2024, el fundador de Mango y una de las mayores fortunas de Cataluña, Isak Andic, perdía la vida en una caída de más de cien metros mientras realizaba una ruta de senderismo en la montaña de Montserrat. En aquel momento, las autoridades catalogaron el suceso como un accidente fortuito. Sin embargo, tras meses de investigación, nuevas pruebas y contradicciones en los testimonios han llevado al Juzgado número 5 de Martorell a reabrir la causa y a considerar que podría tratarse de un homicidio.
El empresario, de 70 años, había salido a caminar junto a su hijo mayor, Jonathan Andic, de 44 años, por uno de los senderos más transitados y accesibles de Montserrat. Según la versión del hijo, ambos se encontraban de regreso cuando su padre resbaló y cayó por un desnivel sin barandilla, desapareciendo entre las rocas. Jonathan aseguró haber presenciado la caída y, presa de los nervios, llamó primero a la pareja de su padre y después a los servicios de emergencia.
Los Mossos d’Esquadra localizaron el cuerpo sin vida del empresario horas más tarde. En un primer momento, los indicios parecían apuntar a un trágico accidente, y el juzgado decidió archivar el caso provisionalmente. No obstante, los investigadores nunca quedaron completamente convencidos.
Contradicciones y una relación familiar tensa
Con el paso de los meses, los Mossos continuaron analizando el suceso. El informe definitivo de la autopsia y una recreación con fardos del supuesto accidente pusieron en duda que la caída se debiera únicamente a un resbalón. Además, el segundo interrogatorio a Jonathan Andic resultó determinante: el hijo ofreció versiones contradictorias sobre el lugar donde aparcó el coche, las fotografías tomadas en la montaña y la descripción del momento de la caída.
A ello se suma el testimonio de Estefanía Knuth, golfista profesional y pareja de Andic durante sus últimos años de vida, quien habría manifestado a los agentes la existencia de tensiones entre padre e hijo. Según fuentes del caso, esa conflictiva relación podría tener un peso relevante a la hora de establecer un posible móvil.
La pista del teléfono móvil
Las dudas se ampliaron cuando los investigadores detectaron que Jonathan cambió de teléfono móvil poco después del accidente. El juzgado ha ordenado ahora a los Mossos examinar el contenido del terminal que utilizaba en la fecha de la muerte, al considerar que podría contener información esencial sobre las llamadas, fotografías o ubicaciones registradas aquel día.
Esa orden judicial marca un punto de inflexión: el hijo del empresario deja de ser tratado como testigo y pasa a tener la condición de investigado, aunque de momento no pesa sobre él ninguna acusación formal.
"La realidad de los hechos no encaja con la teoría del accidente"
El periodista de sucesos Alfonso Egea analiza los avances del caso y subraya los aspectos que han llevado a los investigadores a reconsiderar la hipótesis inicial: "La realidad de los hechos no encaja con la teoría del accidente. Si en cualquier otro caso lo que tienes en la escena de la muerte de la víctima no encaja con lo que hay en el perímetro, lo investigarías igual. Cuando hablamos del hombre más rico de Cataluña, no es que vayas a actuar con más diligencia, pero su muerte tiene unas consecuencias importantes que merece la pena investigar lo que ocurrió", señala en el programa En casa de Herrero, de esRadio.
Egea explica que la muerte por precipitación es una de las más complejas de reconstruir: "Cuando alguien cae desde una altura, su cuerpo debería quedar próximo a la fachada o la ladera. Para hallarlo varios metros alejado, se necesita una inercia inicial: un salto o un empujón. Los Mossos creen que hace falta una fuerza mayor que un simple resbalón".
El periodista también destaca detalles que los agentes no han pasado por alto: "Andic pidió a su escolta que no lo acompañara porque iba a mantener una conversación con su hijo. Su viuda contó que no iba a ser una charla agradable. Jonathan se contradijo en varios puntos y, tras el suceso, la primera llamada que hizo fue a la pareja de su padre, no a emergencias. Son datos que, sin ser concluyentes, obligan a mantener abierta la investigación".
Por otro lado, Egea recuerda que el juzgado se encuentra en una posición delicada por la repercusión mediática del caso: "El tribunal abre la causa como un homicidio, pero sin persona imputada. Jonatan Andic no está formalmente acusado, aunque los Mossos sostienen que solo hay una persona a la que investigar. Además, el teléfono que entregó no era el mismo que portaba el día de los hechos. La clave está en recuperar ese terminal y rastrear su geolocalización", asegura en esRadio.
Un misterio abierto
A día de hoy, los Mossos trabajan en el análisis de los dispositivos electrónicos y en nuevas pruebas periciales que permitan esclarecer lo ocurrido. La investigación busca determinar si la muerte del fundador de Mango fue un trágico accidente o si, por el contrario, alguien ayudó a precipitarla.
Casi un año después, la caída de Isak Andic sigue envuelta en incógnitas. Y aunque no existen pruebas concluyentes, la inconsistencia entre el relato y la física del suceso ha reabierto el caso: "Cuando la realidad no encaja con la teoría del accidente, hay que volver a mirar. Y eso es exactamente lo que están haciendo ahora los investigadores", señala el periodista.


