
La Policía continúa investigando el asesinato de la actriz y cantante Encarnita Polo, de 86 años, quien murió la madrugada del 14 de noviembre en la residencia privada Decanos, en Ávila, tras ser estrangulada por otro residente del centro. La artista, conocida por éxitos como Paco, Paco, Paco, llevaba ingresada en la residencia desde febrero. Según el relato de los trabajadores, sobre las 03:30 h escucharon ruidos y jadeos en la habitación de la artista; al entrar, encontraron a un hombre de 66 años abalanzado sobre ella. Pese a los intentos de reanimación, Polo ya no presentaba signos vitales.
El presunto agresor había llegado al centro apenas dos días antes, aún en fase de adaptación y sin diagnóstico psiquiátrico definitivo. La dirección de la residencia sostiene que no existían antecedentes de conducta violenta y que no había motivos para aplicar medidas de control especiales. También aseguran que víctima y agresor no se conocían y que no compartían habitación.
Tras el crimen, familiares de otros residentes denunciaron públicamente la ausencia de vigilancia nocturna, afirmando que el sospechoso deambulaba libremente sin supervisión. La residencia ha evitado dar explicaciones detalladas, aunque insiste en que no existían señales previas de riesgo. Además, el centro ya afrontaba otras quejas: una mujer denunció en Televisión Española supuestas negligencias tras la muerte de su madre en la misma residencia ocho días antes.
La investigación permanece bajo secreto de sumario, pero la Policía ha recopilado grabaciones de cámaras, registros de accesos y movimientos durante la noche del crimen, y planea tomar declaración a todos los residentes. Una de las principales incógnitas sigue siendo por qué el agresor entró en la habitación de Encarnita Polo, sin descartarse ninguna hipótesis, desde un ataque aleatorio hasta una posible fijación con la artista.
Alfonso Egea, periodista especializado en sucesos, ha analizado la situación en el programa En casa de Herrero, de esRadio. Egea ha dicho que "el presunto asesino de Encarnita está en un centro psiquiátrico en León. No está detenido, está en custodia policial hasta que los forenses digan a la juez si esta persona está en condiciones de someterse al imperio de la ley". En este sentido, ha explicado que la clave del caso es si la demencia senil que sufre no le permitía controlar los hechos por los que está siendo investigado.
Egea ha añadido que el presunto agresor "no se siente responsable ni autor de nada, no vive en la realidad que vivimos, si detectan que están bien mentalmente irá a los juzgados y le preguntarán exhaustivamente para ver si tiene demencia mental".
Antes de cometer el crimen, el presunto asesino "ingresa dos días antes del asesinato de Encarnita. No hay nada en su historial de comportamiento violento y por eso no se le ponen medidas de precaución", ha apuntado Alfonso Egea.
"Él pudo llegar hasta Polo sin ningún tipo de problema. Antes de eso interactúa con los internos sin problema y tiene buen comportamiento", ha añadido Egea. Y es que, "él no ha reconocido nada ni sus intenciones, pero la realidad es que va de noche y cierra la puerta cuando ella está durmiendo". "Cada uno que piense lo que considere", ha señalado. En resumen, "ella se despierta y hay una especie de forcejeo. Un golpe hace llamar la atención a un trabajador y se encuentra el escenario de un asesinato", ha apuntado Alfonso Egea.
Por último, Egea ha querido hacer hincapié en que "hay que preguntarse es si la residencia tenía los medios, rutinas y protocolos necesarios para impedir esta situación, algo que también se pregunta la familia".
