La Policía Nacional ha detenido a José María Pavón Pereira, uno de los diez fugitivos más buscados de España, reclamado por dos asesinatos cometidos en 2019. Los de dos hombres cuyos cuerpos fueron hallados en un pozo de la localidad onubense de Cartaya, uno con un disparo de escopeta en el pecho y otro con lesiones provocadas por un objeto contundente. Hechos por los que fue condenado a 41 años de prisión.
La reclamación judicial para su detención fue emitida el año pasado. A partir de ese momento se inició una investigación que ha dado como resultado la localización del huido de la justicia no muy lejos del lugar en el que acabó con la vida de sus víctimas. Pavón ha sido arrestado en una nave apartada de Cartaya, en la que se escondía desde entonces. Durante la vigilancia del individuo, los agentes encargados del caso observaron que entraba y salía en un vehículo.
Pavón —de 52 años y natural de Huelva— estaba catalogado como un fugitivo de "alta peligrosidad" y ha sido capturado gracias a la colaboración ciudadana, tras el lanzamiento de la campaña "Los 10 más buscados" de Policía Nacional, que ha permitido varias detenciones de fugados en un tiempo récord.
Un ajuste de cuentas
La sentencia de la Audiencia Provincial de Huelva —que fue confirmada por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en 2024— consideró probado que Pavón y el otro acusado por estos asesinatos "planearon acabar con la vida" de las víctimas, de 27 y 35 años, en los días previos a la ejecución de los crímenes.
"Ambos habían tenido graves conflictos" con ellos, relacionados mayoritariamente "con el tráfico de drogas". Así que en la tarde del 14 de abril de 2019, de acuerdo con "el plan establecido", el otro acusado J.A.M.B., contactó con una de las víctimas —Manuel Granado 'el Sevillano'— y le engañó "para que lo acompañase a una finca" que era propiedad de la suegra de Pavón.
Lo hizo "bajo el falso pretexto de apoderarse de una cantidad indeterminada de droga que supuestamente estaría allí escondida". Allí le esperaba Pavón "oculto y armado con una escopeta de su propiedad". De manera que Granado —que no tenía carnet de conducir— se dirigió hasta el lugar en el interior de un vehículo conducido por el segundo de los fallecidos.
¿Qué hay tras los crímenes?
Pavón disparó al otro varón —Samuel Vizcaya— "al confundirlo en la oscuridad" con su objetivo, dice el fallo, ocasionándole una muerte inmediata. La bala le impactó en el tórax. Después lo intentó con 'el Sevillano', pero falló y los acusados terminaron acabando con su vida a golpes, que recibió "en diversas partes de su cuerpo con la escopeta".
A continuación, Pavón y el otro acusado —que fue condenado a 46 años de cárcel por estos hechos— arrastraron los cuerpos de las víctimas hasta un pozo ubicado en la misma finca y arrojaron los cadáveres a su interior, "ocultándolos a la vista de terceros, después de quitarles los teléfonos móviles para "eliminar cualquier indicio que pudiera incriminarles en las muertes".
Los restos de las víctimas fueron hallados dos días más tarde en el mencionado pozo. Al parecer, las rencillas venían de atrás. Medios locales informan de otros sucesos violentos que habrían relacionado previamente a las familias de este culebrón. Los crímenes podrían responder a un acto de venganza por el robo violento que la madre de Pavón sufrió en su casa en 2017.

