Mesut Özil es un jugador extraordinario. El alemán marcó 27 goles y dio 73 asistencias en 128 partidos con el Real Madrid. Éstas son, sin duda, las estadísticas de un auténtico crack, de un jugador capaz de resolver cualquier partido. Él fue el mejor socio de Cristiano Ronaldo en ataque, y todos los jugadores merengues elogian su talento y cualidades. En este sentido parece una locura que el club blanco haya decidido venderle.
Con sus 73 asistencias, Özil hubiera triunfado en cualquier otro equipo, pero para ser un ídolo en el Santiago Bernabéu hace falta algo más. El Real Madrid fue el club más grande del siglo XX no sólo porque ganó ocho Copas de Europa, sino también porque sus jugadores ofensivos, aparte de marcar goles y dar asistencias, sabían defender y luchar hasta el final del partido- algo que Özil no fue capaz de hacer. En este contexto, las estadísticas también lo dejan muy claro: el alemán fue sustituido en 59 de los 128 partidos que ha jugado de blanco.
En su etapa en el Real Madrid, Özil tuvo muy poca aportación en defensa, y en muchos partidos, ni siquiera era capaz de aguantar a un ritmo alto durante 90 minutos. Después de que Carlo Ancelotti asegurara que Cristiano Ronaldo no tendrá la obligación de defender esta temporada, quedó claro que el Real Madrid no se puede permitir otro jugador de ataque que no pueda ayudar en defensa. Por tanto es más que lógico que el técnico italiano haya preferido a Ángel Di María, que sí sabe defender y que, además, ha dado 53 asistencias en 140 goles como jugador blanco.
No obstante, fue en los partidos decisivos de la Champions donde Özil más decepcionó. Hace tres temporadas, durante el partido de ida de las semifinales de Champions contra el Barcelona, el alemán fue sustituido al descanso tras una primera parte en la que perdió claramente la batalla en el centro del campo contra Busquets. Curiosamente, en la segunda parte el Madrid mejoró su juego gracias a su sustituto, Emmanuel Adebayor. En el partido de vuelta en el Camp Nou, Özil entró en el minuto 54, pero tampoco pudo ayudar a su equipo a remontar la eliminatoria.
Hace unos meses, el Madrid se quedó a las puertas de la final de la Champions por tercera vez consecutiva al caer eliminado ante el Borussia Dortmund, y Mesut Özil fue uno de los jugadores que no supieron responder a las expectativas de la afición. En el partido de ida en Alemania, el Madrid apenas tuvo ocasiones, ya que el alemán, el jugador más creativo del equipo, fue anulado por Sven Bender y Gúndogan. En el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu, fue Özil quien falló en el minuto 16, con el resultado empatado a 0, la ocasión más clara del partido, que pudo haber cambiado el resultado final de la eliminatoria. Hasta el minuto 80 del partido, Özil estuvo completamente desaparecido, lo que afectó negativamente al equipo blanco, que apenas creó peligro.
Por tanto, desde este punto de vista, se puede afirmar que Florentino Pérez hizo un buen negocio al vender por 45 millones de euros a un jugador que no rendía al nivel esperado en la mayor parte de los partidos más importantes de la temporada. A lo mejor, el presidente se dio cuenta de que con jugadores como Özil e Higuaín no se puede ganar la Décima, ya que ellos sólo pueden encarnar el Madrid de las tres semifinales consecutivas de Champions: un equipo con mucho talento, al que le faltó carácter y mentalidad ganadora en los momentos decisivos.