Según fuentes financieras, la compañía se ha acogido esta semana al artículo 5.3 de la Ley Concursal, que le blinda para negociar con sus acreedores, entre los que figuran la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Caja Castilla La Mancha, Bancaja y el banco de negocios EBN, propiedad de las cajas de ahorros.
Las negociaciones con la banca son el último paso del proceso de reestructuración iniciado a mediados de 2008, que le ha llevado a adelgazar su estructura e intentar rentabilizar su negocio.
La compañía, participada por el fondo de capital riesgo Gala Capital, ha reducido un 30% sus puntos de venta en España, Italia y Portugal en apenas año y medio, en el que también ha llevado a cabo un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para el 14% de su plantilla.
Las compensaciones pagadas por esas actuaciones, unidas a la caída de los precios y a las pérdidas por liquidación de stocks obsoletos y sobrevalorados en el balance, le generaron unas pérdidas de 13,5 millones de euros en su último ejercicio fiscal, cerrado el pasado mes de enero.
Esa cifra, que todavía es provisional, se incrementó un 17,7% respecto al año anterior, en tanto que la facturación registró un descenso próximo al 25%, hasta 27,4 millones de euros.
No obstante, el máximo responsable de Coronel Tapiocca, Jorge Mendoza, señaló en declaraciones a Efe que la tendencia de caída de la facturación se ha revertido, ya que en el primer trimestre del año las ventas aumentaron un 20%.
"Operativamente, la empresa es ya viable al haberla hecho más pequeña en ventas", afirmó Mendoza, quien destacó además, el esfuerzo realizado para optimizar la red comercial, con el cierre de tiendas -especialmente franquicias- que estaban mal situadas estratégicamente y afrontaban condiciones "leoninas" en el alquiler.
Tras la reestructuración del negocio, el máximo responsable de Coronel Tapiocca aseguró que el futuro de la compañía pasa, entre otras posibles opciones, por dar entrada a nuevos inversores, lo que requiere la renegociación previa de la deuda.
Esas negociaciones se iniciaron en el segundo trimestre de 2009 y, ante su prolongación, la compañía ha decidido acogerse al artículo 5.3 de la Ley Concursal, que le permite la posibilidad de negociar durante tres meses con sus acreedores para pactar un plan de pagos, y declararse insolvente antes de que termine el mes siguiente.
Buena parte de la doctrina defiende, no obstante, que ese artículo puede utilizarse además para blindar a una compañía mientras renegocia su deuda, de forma que una vez cerrado el acuerdo puede rechazar su entrada en concurso de acreedores al haber desaparecido la amenaza de insolvencia que le obligaba a ello.
La compañía confía en que la banca acceda en las próximas semanas a alargar los plazos de amortización de la deuda, lo que le permitirá poner fin a las mayores dificultades de sus dos décadas de historia.