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Perú: 20 años del triste "disolver, disolver"

Con dos palabras, Fujimori ejecutó su autogolpe el 5 de abril de 1992: "Disolver, disolver". Con ellas, comenzó una triste etapa política en Perú.

Con dos palabras, Fujimori ejecutó su autogolpe el 5 de abril de 1992: "Disolver, disolver". Con ellas, comenzó una triste etapa política en Perú.

Hace ya 20 años que Alberto Fujimori abría una de las etapas más nefastas de la democracia en el Perú: el 5 de abril de 1992, un domingo por la noche, el entonces presidente aparecía por televisión para dar un mensaje al país.

Aquella noche, muchos peruanos vieron cómo la programación televisiva se interrumpía sobre las 22:00 para transmitir un sorpresivo mensaje de Fujimori. Tras narrar un desolador panorama en el país, sus tristemente recordadas palabras fueron las siguientes: "He decidido tomar las siguientes trascendentales medidas: Disolver, disolver temporalmente el Congreso de la República, hasta la aprobación de una nueva estructura orgánica del Poder Legislativo, la que se aprobará mediante un plebiscito nacional". No sólo eso, también anunció su decisión de "reorganizar totalmente el Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales, y el Ministerio Público para una honesta y eficiente administración de justicia". A partir de ese momento, se rompía el orden constitucional por lo que las instituciones quedaron clausuradas y los derechos de los peruanos seriamente recortados.

Una de las grandes ventajas del gobierno en ese momento fue el importante apoyo popular que recibió. La población veía incluso con simpatía que este personaje supuestamente alejado de los sectores políticos tradicionales se atreviera a romper con un poder legislativo tan desprestigiado y que además ejercía oposición a su gobierno, algo normal en cualquier democracia. Pero Fujimori no quería oposición, y así permitió que personas como Vladimiro Montesinos tomaran un poder casi incontenible e incontrolable. Muy pronto se comenzó a comprobar este apoyo y las encuestas apuntaron hasta un 63% de aprobación.

Pocas horas después del que se denominó autogolpe de Estado, el Ejército, que secundó la ilegal acción, tomó gran parte de los medios de comunicación para controlar sus ediciones del día siguiente. El entonces subdirector del diario El Comercio, Alejandro Miró Quesada Cisneros, señaló que "vine inmediatamente y encontré soldados en la redacción. Decidimos no escribir nada mientras hubiera gente con fusiles en la mano en esa sala".

Aún sigue en la memoria de los peruanos la imagen de "extrañas" personas asaltando las oficinas del Poder Judicial y arrojando por sus ventanas archivos enteros a una camioneta de la Policía (la foto fue publicada por la revista Caretas). La única explicación de Fujimori es que lo hacía por "razones de Estado", pero lo que en realidad dio lugar es a uno de los Gobiernos más corruptos de la historia gracias a la mano de Montesinos que no sólo perpetró grandes delitos sino que también fue el principal encargado de comprar las líneas editoriales de varios diarios y televisiones locales.

Pese a que varios países de la región condenaron lo ocurrido en Perú y llegaron hasta romper relaciones diplomáticas, la OEA volvió a demostrar su manifiesta incapacidad confirmando a Fujimori como "presidente constitucional" con la única condición de que convocara unas elecciones constituyentes, algo que no ocurrió hasta el 22 de noviembre de ese año.

El autogolpe, 20 años después

No son pocos en el Perú los que creen que esta decisión de Fujimori permitió enfrentar frontalmente al terrorismo de Sendero Luminoso que hasta ese año había dejado ya decenas de miles de muertos. Otros pensaron que sólo de esa manera, el Perú era capaz de recuperar una economía saneada y comenzar un mejor camino. Es posible que algunas de estas cosas ocurrieran pero también es verdad que el precio que se pagó fue muy alto: matanzas extrajudiciales, ejecuciones injustificadas, y una situación económica que afectó a millones de peruanos durante un buen tiempo.

Ahora, 20 años después, toda una generación es incapaz de recordar las circunstancias reales del autogolpe. En ese momento recibió un alto apoyo popular y ahora, una nueva encuesta publicada por el diario El Comercio este domingo revelan nuevas cifras: un 47% de la población aprueba las medidas. Lo interesante es que en su mayoría son de los sectores socioeconómicos A (43%) y E (50%). Además, un 38 % cree que el autogolpe fue una medida innecesaria y de regresar a 1992, un 50 % la desaprobaría y un 37 % la aprobaría.

Según Alfredo Torres, director de Ipsos Apoyo, empresa que realizó el sondeo, "estos resultados nos revelan que lamentablemente todavía existen numerosos peruanos de escasas convicciones democráticas que podrían ceder fácilmente a la tentación autoritaria". Por su parte, el procurador anticorrupción Julio Arbizu señaló al diario La República que "el autogolpe marcó el inicio de una corrupción generalizada y erosión de las instituciones públicas".

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