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Alberto Acereda

El ejemplo Bush

Bush ha convertido así Irak –y no EE.UU.– en el frente central de la guerra contra el terror. Al ayudar al pueblo iraquí a construir un gobierno libre y representativo, Bush ha ido acorralando a los terroristas negándoles un refugio

En toda verdadera democracia los años electorales permiten conocer el auténtico talante de sus políticos y calibrar su compromiso real con las ideas que dicen defender. Todavía con dos años y medio de presidencia por delante, George W. Bush entra ahora en una fase importante ya que su actual gestión política afectará en los resultados de las elecciones a las cámaras de representantes del próximo noviembre. A Bush, y sobre todo a la derecha alojada en el Partido Republicano, les interesa mantener la mayoría en dichas cámaras y preparar el camino para las presidenciales de 2008.

En este contexto, ha sorprendido estos días en Estados Unidos el largo debate sobre el asunto del acuerdo para que la empresa Dubai World Ports, de los Emiratos Árabes Unidos –aliado de EE.UU.– gestione algunas terminales en seis puertos norteamericanos. Conforme vamos conociendo más detalles del asunto se evidencia más que el ejemplo Bush resulta ser un modelo tan coherente como válido. La afirmación presidencial en materia de seguridad nacional contrasta con su confianza en sus aliados y en el respeto por la libre competencia económica. El asunto, además, ratifica la demagogia de la izquierda en el Partido Demócrata, así como también la tibieza y el error, en esta cuestión, por parte de varios políticos del Partido Republicano.

El asunto portuario, del que se han tergiversado muchas cosas y que sigue todavía en el centro del debate nacional, coincide con el tercer aniversario del inicio de la Operación Libertad de Irak, que acabó con éxito la sangrienta tiranía de Sadam Husein. Bush pronunciará este mes varios discursos para informar a los estadounidenses sobre la situación en Irak. En su énfasis sobre la seguridad, Bush ha mantenido siempre una estrategia basada en derrotar a los terroristas y en entrenar a las fuerzas de seguridad de Irak a fin de que éstas puedan liderar cuanto antes la defensa de su propia democracia. El objetivo de Bush es que los iraquíes controlen más territorio que las fuerzas de la Coalición antes de finales de este año.

Bush ha convertido así Irak –y no EE.UU.– en el frente central de la guerra contra el terror. Al ayudar al pueblo iraquí a construir un gobierno libre y representativo, Bush ha ido acorralando a los terroristas negándoles un refugio donde poder planear ataques contra Estados Unidos. De ahí que la seguridad de los estadounidenses –y en último término de Occidente– esté directamente ligada a la libertad del pueblo iraquí y la estabilidad en Oriente Medio. Desde el 11-S Bush llevó la lucha donde el enemigo, persiguió a los terroristas en las montañas de Afganistán, las ciudades de Irak, las islas del sudeste de Asia y en otras partes del mundo. También desde el 11-S EE.UU. es una nación en guerra y Bush sigue siendo el mejor ejemplo de cómo ganar esa guerra, más allá de encuestas, de opiniones o de intenciones de voto.

Así se explica la revisión, aprobación y promulgación en estos mismos días de la ley antiterrorista, la llamada "Ley Patriota". Contra lo que se ha escrito, esta Ley no quebranta ninguna de las libertades ciudadanas. Aumenta la seguridad de EE.UU. dándole más fuerza al Departamento de Justicia para detectar e interrumpir las amenazas terroristas. El ejemplo Bush es el del líder de una nación amenazada por el terrorismo que inteligentemente prefiere librar la lucha en el extranjero pero sin olvidar el riesgo en el interior de su país. Con la Ley Patriota se han ido eliminando lagunas peligrosas en la capacidad de los servicios legales y de inteligencia de EEUU, lagunas de las que los terroristas se aprovecharon el 11-S masacrando a varios miles de personas.

El uso en estos últimos años de esa Ley Patriota permitió desbaratar células terroristas en Ohio, Nueva York, Oregon y Virginia. Se detuvieron y encausaron así a varios terroristas y colaboradores en California, Texas, Nueva Jersey, Illinois, Washington y Carolina del Norte. Se interrumpieron atentados y conspiraciones de masacres y se salvaron miles de vidas de ciudadanos inocentes. Bush sabe que los terroristas no han perdido la voluntad ni la capacidad de asesinarnos. Más allá de partidismos, Bush entiende que la Libertad sólo se alcanza defendiéndola y enfrentándose de cara al terrorismo. El ejemplo Bush es ahora mismo el más válido y del que más de un político europeo debiera tomar nota.

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