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Alberto Gómez

El papel del Rey

La figura del líder es algo que tenemos metido en lo más profundo de las meninges. El líder era el que dirigía la tribu ante las dificultades, en las batallas o en la cacería.

La figura del líder es algo que tenemos metido en lo más profundo de las meninges. El líder era el que dirigía la tribu ante las dificultades, en las batallas o en la cacería. Es posible que los mejores fueran mitificados oralmente y su ejemplo guiara las acciones de los nuevos líderes, estando éstos en comunicación con aquellos a través de los brujos. Por eso, en las primeras civilizaciones, el rey era el representante de los dioses. Era el centro a través del cual emanaba la divinidad. El culto a la personalidad de los países socialistas es lo mas parecido en tiempos modernos al culto a los reyes-dioses egipcios. Con sus líderes iluminados por la Dialéctica Marxista de la Historia, es el ejemplo mas claro de como la naturaleza humana recompone, en su forma mas primitiva, aquello que se intenta eliminar.

El líder es necesario por una cuestión de coordinación. Hay situaciones en las que, en un grupo, una decisión mala, pero única, tomada por alguien señalado, es mejor que varias decisiones buenas en conflicto. Por eso el rey no hace falta que sea de lo mas inteligente, solo hace falta que sepa hacerse asesorar, conserve la lealtad de su pueblo y sea leal a su vez. En grupos pequeños la decisión se puede tomar al azar. Por ejemplo, cuando un grupo de amigos no está de acuerdo en si ir a la playa o a la montaña, se puede lanzar una moneda. Pero en un campo de batalla no se puede recurrir a eso. Desde las tribus somalíes hasta la República romana, todos los pueblos nombraban un líder para resolver conflictos. Tener un líder asentado y con una línea de continuidad es una señal al adversario de que el grupo está listo para la acción y lo estará en cualquier momento futuro, sea el grupo una banda de gamberros juveniles o una democracia
parlamentaria. Es por eso por lo que los jefes de estado son los jefes supremos de las fuerzas armadas. En el contexto de la Pax Americana en que vivimos, esto no se aprecia suficientemente, ni espero que lo sea en el futuro. Pero en cualquier caso, los humanos,
aún en ausencia de amenazas, seguimos teniendo la necesidad de un líder reconocible que coordine al grupo para afrontar posibles dificultades. La nación existe por el hecho de que tiene un líder y una continuidad en el liderazgo, y ese liderazgo, encarnado en la
figura del rey, la representa.

Aunque de la figura del rey progresivamente se han separado la parte divina y la parte política, aun sigue conservando algo de ambas. El rey de la Monarquía Parlamentaria no forma parte de la estructura política, al contrario que el presidente de la República. Por eso mismo es natural casi por definición, que la política retorne al rey en tiempos de dificultades. Sobre todo cuando el andamiaje político es inoperante, independientemente de lo que digan las leyes escritas. Por tanto, nadie, ni el Rey, debería tomarse en broma la Monarquía.

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