Menú
Amando de Miguel

El temor a la enfermedad

Es tal el temor que suscita la enfermedad que su nombre se suele esconder púdicamente. Es así sobre todo con el cáncer, palabra que se evita cuidadosamente para hablar de “tumor”, de “grave dolencia” o de “penosa enfermedad”. Hay muchas formas de evitar incluso la palabra “enfermedad”. Se habla, por ejemplo, de “patología”, de “dolencia”, de “síndrome”. Los enfermos de los hospitales son considerados como “internos” o “clientes”. La organización pública encargada de tratar a los enfermos recibe el nombre de Instituto Nacional de Salud (no de Enfermedad). En el fondo late la extraña creencia de que los enfermos tienen la culpa de su condición. La consecuencia es que hay que disimular todo lo posible esa situación. Especialmente se oculta que los sidosos se hallan aquejados de una enfermedad incurable.





0
comentarios