Menú
Albín Magister (Ituzaingó, Argentina) insiste en que lleva ese magnífico nombre, no es un pseudónimo. Su lengua materna es el esloveno pero escribe un español como Dios manda. Entra a razonar sobre una expresión varias veces tratada en este corralillo: “dar un giro de 360º”. Razona que eso es posible. Simplemente la persona que parte del punto cero, cambia de rumbo, se dirige a la orilla opuesta y, por tanto, da un giro de 180º. Pero “al llegar ahí, cambia de parecer y pega la vuelta por el mismo camino antes transitado”. Es decir, vuelve al punto cero por el otro lado. Así pues, ha dado un giro de 360º, pero no siempre en la misma dirección. Luego tiene algún sentido ese giro que parece tan errático.
 
José Joaquín Muñoz Osuna da una explicación del posible error que supone decir que uno “da un giro de 360º”. Al circular en coche y llegar a una rotonda, “para seguir derechos deberíamos recorrer 180º y para volver atrás deberíamos recorrer 360º de dicha rotonda”. Añado que si da el giro completo se vuelve al principio de entrar en la rotonda para seguir en la misma dirección y en sentido contrario. El movimiento puede ser para rectificar un error. Pero, al girar los 360º, uno ha oteado todas las posibles direcciones. La Tierra da una vuelta completa sobre sí misma y vuelve donde estaba, pero en el entretanto se ha sucedido el día y la noche. Otra vuelta completa alrededor del Sol, con un suave bamboleo, significa volver al mismo sitio, pero han transcurrido las cuatro estaciones. A man for all seasons (=un hombre para todas las estaciones) se aplica, en inglés, a la persona de conducta admirable. Por ejemplo, Tomás Moro.
 
Alejandro Ocaña Fernández da en el clavo del verdadero problema de la elegancia del lenguaje. No es que se escriban mal las palabras o que se utilicen las que no correspondan. El problema está en el tedio que supone juntar siempre las mismas voces. Da algunos ejemplos:
 
─ marco incomparable
─ agenda apretada
─ incendio pavoroso
─ sequía pertinaz
─ cadáver en avanzado estado de descomposición
─ tónica dominante
─ pistoletazo de salida
─ caldo de cultivo
─ largo etcétera
 
Se podrían añadir algunas más:
 
─ enérgica condena
─ rabia contenida
─ calor sofocante
─ llamar poderosamente la atención
─ nubes de evolución
─ impresionante manifestación de duelo
─ capitalismo salvaje
─ práctica totalidad
 
El juego del lenguaje consiste en juntar palabras de modo automático, lo que facilita la conversación y el discurso. Pero, si se abusa de ese repertorio establecido, entonces cunde el tedio. La gracia del lenguaje está en juntar palabras que suelen estar separadas, siempre que sea con sentido, o para dar expresividad. Esa segunda operación es la que ejecutan con naturalidad los buenos escritores, los escogidos poetas. Cuando se quiera sustituir la combinación gastada de palabras por otra más expresiva consúltese el estupendo diccionario Redes de Ignacio Bosque (SM).
 
Armando Centurión Prieto (Asunción, Paraguay) me confirma que son muchas las pretendidas frases históricas, campanudas, que no son invención de sus pretendidos autores. Hay un libro alemán en que se recopilan (Hertslet y Hofmann). Entre nosotros, Carlos Frisas ha escrito algo parecido. Agradezco a don Armando esas pistas bibliográficas. De paso me recuerda que en alemán ya existe la expresión “desarrollo duradero”. Insisto en que esa dimensión temporal en el desarrollo pesa más que la de que se “sostenga” o no.
 
Mª Concepción Fernández López ─latinista, por lo que veo─ arguye que lo de “poner los cuernos” como expresión para rechazar al macho es una imagen establecida en la Literatura latina. Si la cervatilla pone los cuernos por delante no hay forma de que el macho se aproxime con propósitos lascivos. Nuestra Beatriz Galindo reconoce que no es una interpretación políticamente correcta. Pero me convence.

En Sociedad

    0
    comentarios