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Daniel Rodríguez Herrera

Detenciones sí, cierre no

Como pienso que una cosa es intercambiar archivos sin que haya dinero de por medio y otra muy distinta aprovecharse de obras creadas por otros para ganar pasta, las detenciones me parecen muy justas.

Sólo si se niega por completo la legitimidad de cualquier derecho de propiedad intelectual, excepto los derechos morales de ser reconocido como autor de una obra, se puede estar en contra de las detenciones de los responsables de Megaupload.

La defensa que se ha hecho tradicionalmente de los sitios web de enlaces que se quieren cerrar con la Ley Sinde es que no cometían delito alguno porque no almacenan contenido protegido. Pero ese argumento, que es acertado y he empleado yo mismo a menudo, esconde el reverso tenebroso de que almacenar y poner a disposición de todo el mundo el contenido protegido no debe ser muy bueno que digamos.

Lo que sucede es que no existe ninguna manera de que un sitio como Megaupload o Rapidshare puedan controlar todo lo que suben sus usuarios. De ahí que en Estados Unidos exista la ley DMCA, que con sus fallos al menos va en la dirección correcta; esta norma impone una serie de obligaciones a sitios como Youtube que se alimentan de contenidos subidos por los usuarios para no hacerlos responsables de la posible ilegalidad de los mismos. Así, si reciben una queja de una empresa porque un usuario ha subido contenido suyo, deben retirarlo inmediatamente y luego dejar que la empresa y el usuario se entiendan. 

Esta ley asume la buena fe, es decir, que estos negocios de la web impedirían si pudieran cualquier tráfico de contenidos protegidos; les permite salir exentos porque les resulta materialmente imposible ejercer de policía de sus clientes. Lo cual es cierto en el caso de Youtube, pero una vez leído el auto de acusación está claro que no lo es en el de Megaupload. Sus responsables no es que fueran conscientes de forma abstracta de que su sitio se empleaba para estos fines, sino que incluso pusieron trabas a la eliminación de contenido protegido.

La prueba más flagrante de que actuaban en complicidad con quienes subían contenido protegido es el uso de MD5 en su sistema. Este algoritmo obtiene un número distinto para cada fichero a partir de su contenido, y no de su nombre. Si alguien subía el fichero "Mis vacaciones.avi" y su contenido resultaba ser igual al de "El último estreno de Hollywood.avi" que había subido otra persona, Megaupload no almacenaba ambos copias sino sólo una, y daba a cada uno de los usuarios un enlace distinto. Cuando recibía el aviso del estudio responsable de "El último estreno de Hollywood" eliminaba sólo ese enlace, pero mantenía funcionando el otro pese a saber que dirigía exactamente al mismo fichero.

Como pienso que una cosa es intercambiar archivos sin que haya dinero de por medio y otra muy distinta aprovecharse de obras creadas por otros para ganar pasta, las detenciones me parecen muy justas. Además, oponerse debilita los argumentos, estos sí muy justos, que existen para oponerse a la Ley Sinde, a la SOPA, a la PIPA y a cualquier otra ley con nombre ridículo que puedan proponer en el futuro.

Otra cosa es el cierre del servicio, que una parte de sus usuarios empleaba para almacenar sus ficheros privados, que ahora han perdido sin haber cometido falta alguna. Hubiera sido mucho mejor intervenirlo, impedir la subida de más archivos, pero permitir a los usuarios al menos un plazo para recuperar sus ficheros. Al haber cerrado Megaupload se ha hecho un flaco favor a la industria de los contenidos; sus obras se subirán a otros servicios similares, y perderán imagen ante los usuarios que empleaban legítimamente el servicio.

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