Resulta patético que el mismo día que el FMI ha expresado su temor a que en Andalucía aflore un gran déficit oculto tras las próximas elecciones del 25 de marzo, el diputado socialista Antonio Hurtado se haya permitido en el Congreso acusar al Ejecutivo de Mariano Rajoy de perpetrar "artimañas y argucias" a raíz del bulo que el martes transmitió la agencia Reuters según la cual Bruselas sospecha que el gobierno habría inflado la cifra del déficit público de 2011. Semejante bulo no solo ha sido desmentido por Bruselas, sino que supone una cortina de humo para ocultar la auténtica artimaña, que no es otra que la ocultación que muchos gobiernos autonómicos han hecho de buena parte de su déficit. Ese ha sido, especialmente, el caso de Cataluña y Castilla-La Mancha y, tal como se teme el FMI, será el caso también de Andalucía. De hecho los técnicos del FMI estudian aterrizar en Andalucía en su próxima visita a España, prevista para el próximo abril, para analizar en más detalle el previsible agujero extra que dejará como herencia Griñán.
En cualquier caso, basta tomar en consideración las propias declaraciones de los dirigentes de la Junta para saber que la verdadera cuestión no es la existencia de ese agujero presupuestario sino saber a cuanto asciende. Solo veinticuatro horas después de que el presidente Griñán asegurara en sede parlamentaria que el déficit público andaluz apenas superaría el 1,4%, la consejera de Hacienda de la Junta, Carmen Martínez Aguayo, admitia que este podría ser más del doble y acercarse al 3% del PIB regional. El mayor problema en este ámbito surge, además, al observar los datos oficiales que recogen los Presupuestos de la Junta para 2012. Las cuentas de Griñán para el presente ejercicio, aprobadas por el Parlamento andaluz, prevén un gasto público de 32.020,1 millones de euros, un aumento del 1,1% interanual, bajo el supuesto -muy improbable- de que el déficit cerrará este año en el 1,3% del PIB, tal y como exige el techo de déficit fijado para las CCAA
Al margen de las características pulsiones de los socialistas por distorsionar la realidad –empezando por la contable-, y al margen también del omnímodo poder que durante más de tres décadas han ostentado en Andalucía, si hay algo que justifica los peores temores respecto al agujero presupuestario de la Junta, es el absoluto descontrol y opacidad que ha dejado en evidencia la trama corrupta de los ERES falsos. Precisamente este miércoles, el PP ha denunciado la existencia de un "tercer fondo de reptiles" dentro de la Junta, posterior al del programa 31L de la Consejería de Empleo y al de la empresa Invercaria, de ayudas sociolaborales a través de la Consejería de Innovación, ya con José Antonio Griñán como presidente de la Junta.
¿Alguien se cree que unas autoridades, bajo cuyo mandato se ha malversado el dinero de los contribuyentes y de los parados hasta ese extremo, hayan llevado a cabo, sin embargo, una escrupulosa y fiel contabilidad de gastos e ingresos?
Lo dicho, tras contar los votos el 25 de marzo, lo primero que habrá que hacer al día siguiente es contar las facturas que se encuentran debajo de las alfombras.