Menú
EDITORIAL

Reformas Bermejo

Resultará difícil convencer a los españoles de la necesidad de semejante reforma cuando su anterior inquilina, que no tiene nada que ganar por decirlo, asegura que el piso estaba en perfecto estado cuando se fue.

Sabíamos ya que era un sectario de marca mayor y que su concepto del Derecho se limita a emplear y tergiversar las leyes del modo que mejor convenga a los intereses del Partido. Lo que no sabíamos es que además le gustara emplear el dinero público con tanta alegría. Se ha gastarse en una reforma de un ático en perfecto estado –según ha reconocido su anterior inquilina, la ex ministra Trujillo, que ha asegurado tener fotos que lo acreditan– nada más y nada menos que 250.000 euros, más de 40 millones de pesetas. Los minipisos promocionados por su anterior ocupante salían más baratos.

Quizá Bermejo se haya apuntado a eso de que el dinero público no es de nadie y, por tanto, pues quién mejor que él para hacer uso del mismo. No es la actitud más prudente cuando jueces, secretarios judiciales y otros funcionarios que dependen de su ministerio llevan tiempo protestando por motivos salariales. A ver quién les va a convencer ahora de que no hay presupuesto para atender sus reivindicaciones.

El Ministerio de Justicia ha tardado hasta la noche en comunicar las razones por las que era necesario, primero, que un ministro que vive en la localidad madrileña de Pozuelo deba ocupar un piso del Estado y, segundo, gastar semejante pastón en la reforma. Pero resultará difícil convencer a los españoles de semejante necesidad cuando su anterior inquilina, que no tiene nada que ganar por decirlo, asegura que el piso estaba en perfecto estado cuando se fue. Más bien parece que, tal y como ha dicho Trujillo, Bermejo tiene mucha dignidad, y está dispuesto a pagársela con nuestro dinero. "Soy de izquierdas y como tal actúo", dijo siendo fiscal. Efectivamente.

En España

    0
    comentarios