Después de los puñetazos televisivos y los excesos en la mesa de estas fiestas volvió el campeón de las buenas costumbres a TVE 1. Manuel Torreiglesias, director de “Saber vivir”, que ha conseguido recuperar su independencia hace unas semanas tras haber sido engullido por el magazín que presenta en las mañanas de “La Primera” Inés Ballester, preparó un especial sobre el hígado y otro sobre el corazón como para quitar las ganas de comer y beber el resto de nuestros días.
D. Manuel, un señor muy católico que pide a Dios que nos cuidemos y habla de la Sangre de Cristo para animar a donar la nuestra, ha puesto todo su equipo a luchar estos días contra el colesterol, las transaminasas, la hipertensión y el ácido úrico. El doctor Anciones está de guardia en Internet dando consejos contra la drogadicción en todas sus variantes, el simpático doctor Gutiérrez nos recuerda los males de las grasas, el alcohol y los dulces, mientras amenaza con trombosis, ictus cerebrales y gota. La doctora Rosselló nos ha puesto a dieta de piña y arroz blanco y tan sólo el joven cocinero se ha permitido obsequiarnos con conejo hervido.
Tiene Manuel Torreiglesias muchos valores, su programa es bueno y encaja bien con la audiencia de personas mayores de TVE, pero tiene una vertiente sadomasoquista bastante evidente. Con la gente que llama para hacerle consultas tiene un comportamiento raro, porque en un minuto los trata como un abuelo bonachón y como una estricta gobernanta. Los anima y los riñe. Los aconseja y los castiga. Probablemente ha encontrado el método de tener una audiencia fiel que espera ese tratamiento, pero a los espectadores no habituales les resulta chocante que este señor tan cristiano tenga tan poco paciencia y se le escapen los tics autoritarios.
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