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Encarna Jiménez

Parada en la Gloria

José Manuel Parada ha celebrado el aniversario de su popular “Cine de barrio” en pleno verano. Es un hombre incansable y de muy buen trato, cosa que hay que agradecer en gente que, gracias a la televisión, adquieren una notoriedad que la mayoría digiere mal. Sin embargo, él ha creado un personaje que, en estos momentos, está unido por fuertes lazos profesionales y amistosos a Isabel Pantoja. La pareja resulta tan curiosa que Eduardo Mendicutti, alias “la Susi”, en su columna diaria de El Mundo, le está dando tanto protagonismo como a la familia real.

Parada ha hecho varias galas para TVE con la folclórica como compañera y se ha convertido en el mejor “manager” de la artista. El gran reivindicador de las gracias del cine español menos intelectual y de mayor calado sentimental no tiene reparo en vestirse de campero, hacerse carantoñas con la cantante y mostrarse como el más ferviente admirador de “la Pantoja”. Es una debilidad que una parte de sus seguidores entiende como una evolución, no necesariamente positiva, de su trayectoria profesional. Parada se ha ganado a pulso un espacio que le ha resultado muy rentable a TVE. Sin grandes alardes ni gastos, ha conseguido contentar a dos generaciones de artistas españoles poco valorados y ha hecho brillar la “caspa hispánica” con luz propia.

Sin embargo, hay un detalle de sus aficiones “intelectuales” que resulta más preocupante para algunos de sus amigos y “fans”. El popular presentador ha manifestado que, todas las noches, lee un poema de Gloria Fuertes para conseguir ese grado de emoción que nos proporciona la poesía. Sus amigos creen que tener como sus musas principales a Isabel Pantoja y Gloria Fuertes es un signo alarmante de entreguismo a dos figuras que anuncian una deriva que, esperan, sólo sea pasajera.

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