Jesús Ordovás sabe demasiado de música pop, de modo que Caffarel ya le ha dicho que vaya haciendo las maletas, porque el programa que dirige en La 2, IPOP, el único que tiene TVE para ponernos al día de lo que sucede en el panorama nacional e internacional de la música pop, ya no va a volver a la parrilla. Las buenas palabras sobre la necesidad de atraer a la cadena pública a los jóvenes se esfuman. Se prescinde de profesionales que saben de lo que hablan y vamos directos a los concursos rancios.
Hace unos meses , cuando repusieron una selección de La edad de oro pudimos ver a Paloma Chamorro entrevistando a Ordovás, entonces ya era un referente en la crítica musical. Cuando le ofrecieron el programa que hasta ahora ha dirigido en TVE parecía que algo había quedado de otros tiempos en los que la cadena pública nos ponía al día de lo último en manifestaciones musicales. Pero todo fue un espejismo, porque los directivos de TVE quieren acabar de hundir cualquier atisbo de novedad y librarse de los que entienden del tema que los ocupa.
En la primera semana de Julio hemos visto que la segunda cadena de TVE perdía el norte y se quedaba con una audiencia pequeña, debido a su indefinición, y los estrenos en “La primera” son como para ir directos a mantener un público de mayores de 50 años. A Caffarel le gusta la música para animar espectáculos preparados por productoras especializadas en “realities”. Hasta ahí llega. Nos hemos pasado varias temporadas con “Mira quien baila”, ahora se estrena “Empieza el espectáculo” con Miriam Díaz Aroca, que nos lleva a musicales trillados para aprendices que buscan la fama y, por si fuera poco, recuperan a “Los Morancos” en horas bajas para entretener al público.
La despedida de Ordovás es otro ejemplo de las consecuencias de una política que abandonó la música o las artes plásticas a horas imposibles o a una información somera en noticiarios como Miradas 2, que , esta sí, parece que cuenta con el apoyo de los directivos.
Si TVE se encuentra en una cuesta abajo que la lleva a perder la audiencia joven y también la madura, al menos podía planificar una oferta cultural en condiciones y con profesionales con experiencia. Pero no parece esa la dirección que está tomando su jefa, que lleva camino de batir todos los records de pérdida de audiencia y de sentido común.
