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¿De qué se arrepiente Zapatero?

La foto de zapatero o Moratinos al lado de Ramadán, quien tiene prohibida la entrada en los Estados Unidos, hubiera sido otra gota en un vaso a punto de rebosar

Al principio iba a ser Rodríguez Zapatero; luego su flamante ministro de Exteriores, Moratinos; pero, al final, Tarik Ramadán, invitado especial –guest star– del encuentro organizado por la fundación que dirige la mujer de Juan Luis Cebrián, se quedó sin sentarse al lado de miembro alguno del actual gobierno español. Extraño, porque desde hacia días se morboseaba con dicho encuentro, auténtico calentamiento de motores para la cumbre de expertos que Rodríguez Zapatero está preparando para este otoño en España sobre su Alianza de Civilizaciones.
 
¿Cuál puede ser haber sido el motivo de tan sonada espantada gubernamental? Parece poco probable que se haya debido a un sincero arrepentimiento por parte de los dirigentes socialistas españoles, a tenor de que éstos no han moderado su retórica sobre el Islam y el mundo árabe; ni tampoco su práctica. Ahí está la resolución conjunta con Irán pocas horas de que el presidente de esa república islámica amenazase con borrar del mapa a Israel y se ensañase también con América. Tampoco el principal asesor de Rodríguez Zapatero para la alianza de civilizaciones, Máximo Cajal, ha cambiado de ideas.
 
Por lo tanto, si no hay una motivación interna –que es difícil, como decimos, apreciar– sólo cabe buscar una explicación en factores externos. ¿Le daba miedo al gobierno la foto con Tarik Ramadán? ¿Per se o porque se encuentra en un momento de declive popular gracias a su Estatuto catalán? Muy preocupados tendrían que estar en Moncloa para que comenzasen a ser menos radicales en sus apariciones públicas.
 
¿Puede, entonces, que se deba a una fuerza externa? ¿Quién podría protestar ante el gobierno por la cobertura gubernamental al radical islamista Ramadán? Israel podría ser un candidato, pero no parece que ejerza tamaña influencia sobre los socialistas españoles. Por lo tanto, en el ámbito exterior sólo queda un posible actor: los Estados Unidos de George Bush. ¿Habrá dejado caer el Departamento de Estado un diplomático mensaje de malestar por la actitud de Zapatero? Los diplomáticos, incluidos quienes están por debajo de Condoleezza Rice, siempre tienden a buscar un entendimiento incluso con el diablo, y de seguro estarían encantados si pudiesen culminar la obra de acercar al gobierno español a una cierta normalidad que les abriese el campo para una relación normal, exenta de sobresaltos. Pero como dicen en Washington, “es que el gobierno español no se deja”. Y es que todos los días hay una metedura de pata o algo peor. La foto de zapatero o Moratinos al lado de Ramadán, quien tiene prohibida la entrada en los Estados Unidos, hubiera sido otra gota en un vaso a punto de rebosar.
 
Ahora bien, si hubiera sido así, que el gobierno radical e izquierdista de Rodríguez Zapatero, hubiera cancelado su participación en el foro de la Fundación Atman debido a presiones y/o sugerencias norteamericanas, ¿qué deberíamos pensar? Que su lacayismo no tiene límites. Porque ¿quién es más lacayo, quien hace las cosas a gusto, porque así lo quiere, o quien se tiene que tragar sus palabras, ideas y orgullo y hacer lo que no le queda más remedio que hacer?

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