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Ignacio Cosidó

El silencio de Zapatero

El último informe de Europol sobre el terrorismo deja claro que el alto el fuego ha servido a ETA para reconstituirse y que hoy los terroristas tienen mayor capacidad para asesinar del que tenían al inicio del proceso de negociación con el Gobierno

El informe sobre terrorismo dado a conocer esta semana por la Agencia de Policía Europea, Europol, ha puesto en evidencia que el proceso de negociación con ETA que inició Rodríguez Zapatero, incluso antes de llegar al poder, ha sido algo más que un error y algo peor que una gran mentira. Ha sido una inmensa irresponsabilidad que ha dilapidado la mejor oportunidad histórica de la democracia española de lograr la derrota definitiva de ETA, después de tres décadas de dolorosa lucha contra esa banda  terrorista. Tras el fracaso de este proceso el presidente del Gobierno se ha escondido en un cobarde silencio. Pero lo que muchos españoles estamos esperando es que, al menos, reconozca su error, pida perdón por sus mentiras y rectifique de forma clara y firme su irresponsable política de apaciguamiento y claudicación ante los terroristas. Nada de eso hemos oído en los últimos meses.
 
El error de la negociación con ETA ha sido de los que hacen historia. Ha sido de los que exigen no sólo una rectificación del rumbo, sino probablemente un cambio en la tripulación del barco. La imagen más patética de ese inmenso error fue ver a un pletórico presidente del Gobierno presumir de la ausencia de muertos y vender el éxito de su proceso la  víspera de que ETA asesinara a dos inocentes en el brutal atentado de Barajas.
 
Sustentado en su propia debilidad intelectual y moral, imbuido de un espíritu visionario que él llama optimismo antropológico y cegado por una desmedida avaricia de poder, el presidente del Gobierno se embarcó en un proceso de negociación con los terroristas sin ninguna base sólida, sin que los terroristas hubieran dado la más mínima muestra de querer abandonar su actividad criminal o renunciado a ninguno de sus objetivos totalitarios, sin que hubiera un mínimo consenso político, sin que existiera un apoyo social suficiente, sin contar con la complicidad de nuestro principal aliado exterior en la lucha contra ETA, con la firme oposición de la mayoría de las víctimas del terrorismo y con un Poder Judicial que no ha estado dispuesto a someter la aplicación de la Ley a la conveniencia política del Gobierno. En estas circunstancias, la negociación de Zapatero con ETA ha resultado cuando menos temeraria, ha fracasado y requiere una rectificación inmediata.
 
El proceso ha sido además una gran mentira de principio a fin. En el más depurado ejemplo de deslealtad política, los socialistas andaban ya enredados en negociaciones con ETA mientras su líder, el señor Zapatero, se apuntaba a la exitosa política antiterrorista de Aznar firmando el Pacto por las Libertades y contra el terrorismo. Los compromisos a los que el Gobierno llegó con los asesinos para que la banda decretase su falso alto el fuego son hoy una carta con la que ETA le amenaza cada poco, a través de las constantes alusiones de los terroristas a que el Gobierno ha incumplido esos compromisos. El silencio del presidente ante este constante chantaje resulta inexplicable.
 
La verificación del alto el fuego fue en realidad, tal y como ha puesto en evidencia la última operación de la Guardia Civil contra ETA en Guipúzcoa, un proceso de falsificación de la paz por parte del Gobierno, empeñado en ocultar la extorsión, el terrorismo callejero y el rearme de la banda terrorista. La voluntad del Gobierno de hacer cumplir la Ley de Partidos es otra gran mentira como demuestra que los representantes de ETA sigan hoy sentando en el Parlamento Vasco a través del Partido Comunista de las Tierras Vascas o que ahora la vicepresidenta del Gobierno afirme que un partido fundador de Herri Batasuna actualmente investigado por la policía no tendrá problemas para acudir a las elecciones. La propia suspensión de los contactos con los terroristas tras el último atentado en Madrid me temo es otra gran mentira. Algún día Zapatero tendrá que pedir perdón a los españoles por tanto engaño, tanto embuste y tanta mentira.
 
Pero el proceso de negociación con los terroristas ha sido algo peor que un gran error o una sucesión de mentiras sin tregua. El último informe de Europol sobre el terrorismo deja claro que el alto el fuego ha servido a ETA para reconstituirse y que hoy los terroristas tienen mayor capacidad para asesinar del que tenían al inicio del proceso de negociación con el Gobierno. Antes de este demoledor diagnóstico de Europol ya conocíamos los informes de la policía francesa que apuntaban también a un incremento de la actividad de ETA contradiciendo las manipulaciones de Rubalcaba sobre la vigencia del alto el fuego. Sin embargo, aún peor que el Gobierno haya permitido con su irresponsable política la reconstitución de una banda terrorista que estaba al borde mismo de su derrota, ha sido el rearme moral que los terroristas han logrado gracias a la negociación con Zapatero. ETA ha recuperado su fe en que el terror puede doblegar la voluntad de este Gobierno. Zapatero no puede seguir callado.

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