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Ignacio Villa

Alberdi no está sola

Nadie se puede sorprender por las declaraciones explosivas realizadas este viernes por Cristina Alberdi desde Asturias. Nadie puede decir, a estas alturas, que Alberdi sea una "suicida" de la política. Nadie puede calificar de oportunista a una mujer que estuvo en el Gobierno con Felipe González en su etapa terminal. Nadie puede catalogar de protagonista a esta dirigente y diputada socialista que desde hace tiempo no busca nada personal en la política. Cristina Alberdi bandera socialista, en otros tiempos, de renovación y feminismo ha irrumpido en plena crisis interna del Partido Socialista para hablar sin pudores ni ataduras.

Alberdi ha hablado en primera persona, pero la ex-ministra de Felipe González no es una isla dentro del PSOE. Alberdi no esta sola, con ella hay más personas que piensan lo mismo sobre lo que está ocurriendo en la filas socialistas. Por el momento, el resto no ha hablado, por el momento no han dado la cara; pero no hay duda de que con estas declaraciones se acaba de abrir la puerta de la autocrítica interna y pública en el Partido Socialista. Y eso a siete meses de unas elecciones generales es la tumba para el candidato Rodríguez Zapatero.

Cristina Alberdi, teniendo en cuenta su larga carrera política, no se ha equivocado al apuntar a la diana, en estas declaraciones. Ha pedido un Congreso Extraordinario del PSOE para aclarar cuál es el modelo de Estado de los socialistas ante la deriva consentida y apoyada de Pascual Maragall; y además ha sido muy crítica con la actual dirección federal por los modos y las formas de llevar la crisis de Madrid. Alberdi, que fue "recuperada" por Felipe González como un rostro nuevo y renovado de sus Gobiernos en pleno desastre final, conoce perfectamente lo que es vivir en política aturullada por los escándalos propios. Alberdi, que fue ministra en los momentos más bajos del Partido Socialista, sabe a la perfección lo que es sufrir cada día el deterioro de la corrupción. Alberdi, que llegó al Ministerio como un último intento del "felipismo" de renovar un Ejecutivo adocenado por tantas y tantas cosas, entiende de estrategias y de huidas sin destino que no llevan a ninguna parte.

Precisamente por todo ello, Cristina Alberdi, que ha demostrado en más de una ocasión su fidelidad al PSOE, tiene una autoridad contrastada a la hora de criticar el funcionamiento interno de la actual dirección socialista. Si Cristina Alberdi habla en público y lo hace de esta manera, es que hay mucha tensión acumulada en los pasillos socialistas.

"¿Quién puede estar detrás de Cristina Alberdi?", se preguntan angustiados en la calle Ferraz. "¿Qué apoyos puede tener?" se repreguntan en los despachos de la dirección socialista. Y es que Cristina Alberdi es la voz de muchos dirigentes del PSOE de la vieja guardia y también en ella se sienten representados algunos de la nueva, que no entienden dónde quiere llegar Rodríguez Zapatero acompañado por Blanco, Caldera y Perez Rubalcaba. Con Alberdi están los mismos que hace tres años dejaron el sitio a un equipo nuevo, renunciaron a muchos méritos de guerra, realizaron un gesto de generosidad política dejando paso a una nueva generación que llegaba con la intención de cambiar la cara al PSOE. Estos mismos ahora, a pocos meses de unas elecciones generales, se encuentran con un partido desorientado en lo ideológico, hundido en los disciplinario y demolido en lo estratégico. El PSOE de Zapatero, tres años después está peor que el PSOE de Almunia. No han sabido aprovechar los muchos y variados errores del Gobierno del PP, han sido incapaces de solucionar correctamente las crisis internas que han ido surgiendo, han recuperado todos los "tics" de la corrupción con el desaguisado de la Asamblea de Madrid y además han comenzado a borrar las señas nacionales de identidad del PSOE al dejar hacer a su antojo a Pascual Maragall.

En fin, un desastre, del que en la Ejecutiva Federal eran conscientes desde hace mucho tiempo. La voz de Cristina Alberdi no está sola, Y aunque ahora los Caldera y Blanco de turno intenten apagar el fuego, la cuenta atrás para el "equipo Zapatero" está en marcha. Lo grave es que, lejos de rectificar y de reorganizar estrategias, insisten en los mismos errores. Y como la piedra de sus equivocaciones sigue en el mismo lugar, con ella se tropiezan una y otra vez. Ya veremos hasta cuando.


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