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Ignacio Villa

"No se os puede dejar solos"

El aviso realizado a los cuatro vientos por José María Aznar el pasado fin de semana no ha caído en saco roto. En estos momentos está siendo debidamente analizado en más de un despacho importante del Partido Popular. Como recordarán, el actual presidente del Gobierno anunció que se va a recorrer España entera, "de pueblo en pueblo" –dijo literalmente– para ganar las próximas convocatorias electorales. En ese anuncio se incluyen las elecciones municipales, autonómicas, generales y europeas. Un buen ramillete de citas con las urnas, que serán definitivas para el futuro de un Partido Popular que ya no contara con Aznar como líder máximo. Con este anuncio, pues, Aznar convierte lo que le queda de mandato en una larga y constante carrera electoral.

El presidente del Gobierno ha anunciado, en definitiva, que se va a implicar en los procesos electorales hasta el último minuto. Por lo que parece, no esta dispuesto a que nadie le pueda acusar de dejar al PP en la estacada. En la sede de la calle Génova los mas optimistas, y posiblemente ingenuos, han respirado tranquilos. Piensan que con la intervención plena de Aznar en las campañas electorales se aseguran el resultado y, por lo tanto, la victoria. A estos mismos, por lo visto, no les importa el día después, la llamada época post-Aznar; realmente, lo único que buscan es volverse a asegurar el triunfo electoral. Lo que venga más tarde, ya poco importa.

En cambio, hay otros dirigentes del partido, entre los que se incluyen los "sucesores", en el concepto mas amplio del termino, que han entendido el anuncio de Aznar como un aviso para navegantes. Estos son los que reconocen que el presidente del Gobierno les ha dado un "toque de atención". Aznar les ha enviado un mensaje cifrado:"Sin mí, sois incapaces de ganar elecciones. No se os puede dejar solos". Dicho de otra forma, el jefe del Ejecutivo ha vuelto a poner encima de la mesa una polémica aparentemente enterrada, una incógnita artificialmente amortiguada, un desasosiego falsamente disimulado que mantienen las cabezas pensantes del PP: ¿Qué será de nosotros cuando Aznar se retire?

Ante el aviso de Aznar, unos han aplaudido entusiasmados. Otros han llegado más allá y reconocen que esta vuelta de Aznar a las plazas de toros y a los polideportivos, a los mítines sin corbata y a las comidas camperas, contiene un efecto demoledor para el futuro. Los populares más realistas reconocen que esta "necesaria" vuelta de Aznar a los ruedos, nos enseñaa que el Partido Popular sin Aznar no es lo mismo. Una realidad que complicará necesariamente el proceso de sucesión. El elegido, además de ser capaz de aglutinar al partido, deberá ser capaz de ganar elecciones. Con el agravante de que el primer examen le llegará poco después de ser designado.

A un año de la sucesión, el Partido Popular ya se ha encontrado con el primer problema real, el gran interrogante del sucesor: saber cómo va a funcionar un partido que ha tenido desde 1990 un fuerte liderazgo. Por el momento, habrá que pensar que el PP necesita a Aznar para seguir siendo lo que es; y mientras no se demuestre lo contrario, el PP necesita de Aznar para ganar las elecciones.

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