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Ignacio Villa

Peligro público

Con estas descalificaciones impropias de alguien como él está dando muestras de no creer, en absoluto, en las reglas democráticas de respeto hacia los demás

Este hombre no es de recibo, esto no es presentable en una democracia moderna. Un presidente autonómico, representante de la voluntad popular, no puede creerse con el derecho de cargar con todo y contra todo cuando le venga en gana. Hay un asunto que se llama decoro político y que se traduce en guardar mínimamente las formas.

El presidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha vuelto a las andadas. Es evidente que, por la actitud que mantiene cíclicamente, piensa que puede decir lo que quiera y como quiera. Y eso no es así. Por muchas razones, pero especialmente por una: Rodríguez Ibarra no es quién para erigirse en el dueño y señor de todos, es un servidor de los ciudadanos y se tiene que adaptar a ello. Sus insultos y sus desprecios le inhabilitan en política.

En la última entrega de Ibarra nos encontramos con una andanada contra el ex presidente Aznar que desborda la dialéctica política para entrar en el terreno de la mentira, de la calumnia y de la injuria. Ibarra dice que "Aznar se merece el título de "presidente de horror" porque ha dejado 200 muertos con los atentados del 11 de marzo". ¿Pero qué se ha creído este hombre?, ¿de qué poder se cree investido el presidente autonómico para acribillar a quién le parezca oportuno? Ibarra no es un excéntrico incontrolable, es un peligro público.

Rodríguez Ibarra con esta actitud despectiva y chulesca está haciendo mucho daño a Extremadura. ¿Dónde puede ir una Comunidad Autonóma si su máximo resposanble político tiene este talante personal? Ibarra parece empeñado en demostrar que no tiene remedio. Con estas descalificaciones impropias de alguien como él está dando muestras de no creer, en absoluto, en las reglas democráticas de respeto hacia los demás.  Pero en fin, como Zapatero es incapaz de mandar en su propio partido podemos esperar esto y más. No nos merecemos políticos de esta catadura. Si hay talante, lo tiene que haber para todos.

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