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Isaac Katz

Parálisis institucional

México está paralizado, y no me refiero al hecho de que la economía no esté creciendo, es el menor de los problemas, sino a que nadie en el gobierno, ni en el Poder Ejecutivo y menos aún en el Legislativo, está trabajando para mejorar la estructura del país por lo que, como pintan las cosas, el segundo año del presidente Fox será otro más que se pierde en darle al país un futuro más promisorio.

Por una parte, el presidente y su gabinete actúan como si todo estuviese bien y no hubiese mayor cosa que arreglar; y por otra, los legisladores siguen perdiendo el tiempo discutiendo tonterías y asuntos que carecen de trascendencia, destacando la actitud de arrastrados de los diputados perredistas (PRD-izquierdas) y priistas (PRI) electos por el distrito de La Habana. Y mientras, el país no avanza, el país está parado. Si algo se destaca de este país es su notoriamente ineficiente marco institucional, tanto en lo que toca a sus organizaciones como a su marco legal. Por lo que toca a las primeras, sobre todo las de carácter público, éstas están organizadas para generar y obtener rentas extranormales, buscando siempre mantener el sistema de privilegios y prebendas que les ha permitido apropiarse de estas rentas a cargo, obviamente, del bienestar de la población. Ejemplos de este tipo de organizaciones son los partidos políticos, los sindicatos de las empresas paraestatales, el sindicato de maestros, el aparato burocrático, los notarios, algunas cámaras de “empresarios” y empresas con poder monopólico como es el caso de Telmex.

Este tipo de organizaciones, cuyo objetivo es obtener rentas, introduce un elemento de ineficiencia en la economía que evita que los recursos se asignen hacia aquellas actividades en las cuales se genere el mayor bienestar posible, tanto desde el punto de vista privado como social. Por lo mismo, este deficiente arreglo organizacional representa una pérdida para la sociedad. ¿Y hay alguien preocupado por mejorar este arreglo, por hacerlo más eficiente? No, claramente no, porque quienes pudiesen modificarlo son los mismos que se benefician de mantener las cosas como están.

Y que se puede decir del marco legal, desde la Constitución hasta los reglamentos. Nuestro marco legal es uno que no define eficientemente los derechos privados de propiedad, que no garantiza la igualdad de oportunidades, pero que sí mantiene un sistema de privilegios que le permite a la burocracia actuar discrecionalmente para chantajear y extorsionar a los agentes económicos privados, que le otorga a los sindicatos un enorme poder político y económico y que se refleja en que no existe un solo líder sindical en el país que no sea rico; que evita que una parte significativa del capital que tiene la economía se utilice con fines productivos, que encarece la inversión, que mantiene al país en el atraso tecnológico, que nos obliga a los consumidores a adquirirle a las empresas paraestatales bienes caros y de mala calidad, en fin, un marco legal que inhibe la creación de riqueza y que por consiguiente perpetúa la pobreza y la iniquidad.

¿Y hay alguien preocupado por mejorar este marco legal, por hacerlo eficiente? No, claramente no, sobre todo entre los legisladores, como lo pudimos constatar con el resultado de la reforma tributaria, como lo podemos ver con la intrascendente agenda para el actual período legislativo, como lo podemos observar por la oposición a discutir la reforma eléctrica así como por las continuas discusiones, generalmente sobre estupideces, que se suscitan en el Congreso y cuyo mejor ejemplo es la intención por parte de los lacayos de Fidel de linchar al Secretario de Relaciones Exteriores por el ridículo drama que representó el dictador cubano. Fox no pierde oportunidad para decir que México es la novena economía más grande del mundo, pero nunca dice que en términos de bienestar de la población, que es lo efectivamente importante, estamos en el lugar 54. Mientras el resto del mundo avanza, México está paralizado y en manos de un grupo de individuos a quienes el futuro del país y el bienestar de la población les importa un bledo, un grupo de individuos que solo están preocupados por mantener sus privilegios y sus prebendas.

©AIPE

Isaac Katz es investigador y catedrático en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

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