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Isabel Durán

La nueva extrema derecha

Con el presidente más radical de la democracia, el autoproclamado "presidente rojo" lo que peligra son la libertad de expresión y la dignidad, el honor y la justicia de las víctimas del terrorismo y, por ende, de todos los españoles.

Se queja José Luis Rodríguez Zapatero de "una nueva extrema derecha" que, a su juicio, pretende “revisar la historia, deslegitimar a las instituciones y poner en cuestión los resultados electorales”. Ello porque quiere saber la verdad, sin más. La verdad sobre el 11-M y sus negociaciones ocultas con la ETA. Una "extrema derecha" que denuncia, por antidemocrático, la alianza sellada entre la muy centrada y democrática izquierda que pacta, hasta por escrito, expulsar del país a la legítima fuerza política que representa a la mitad de los españoles. Esto decir, el centro es el Pacto del Tinell, el pacto con la ETA y la manipulación sistemática al juez de las investigaciones de la mayor masacre terrorista jamás habida.
 
Que nadie se engañe. Con Zapatero no está en juego una guerra mediática como, por desgracia, tantas veces hemos visto. Con el presidente más radical de la democracia, el autoproclamado "presidente rojo" lo que peligra son la libertad de expresión y la dignidad, el honor y la justicia de las víctimas del terrorismo y, por ende, de todos los españoles.
 
Baste recordar el último caso de los pistoleros juzgado estos días en Madrid. Ana María, mujer del policía nacional José Ansoán ha acudido a la Audiencia Nacional para enfrentarse a la cobarde y ensoberbecida mirada del asesino de su marido, "Gadafi", al cual sólo se había dirigido una vez en su vida para decirle "por favor no me remates". De nuevo, la valentía y entereza de una víctima  contrapuesta a la crecida actitud criminal y desafiante de las hienas cobardes de los ejecutores.
 
Y no sólo Ana María. El testimonio y ejemplo de cada víctima son ejemplos emocionantes de todo aquello que ignora el inquilino de La Moncloa. Zapatero se descubrió cuando se equiparó con otra víctima del terrorismo, Maria Jesús González. Le dijo a la madre de Irene Villa que comprendía su dolor porque a su abuelo también lo mataron en la guerra. María Jesús e Irene, –a las que les faltan el brazo y la pierna derechos y las dos piernas y tres dedos de una mano respectivamente– como otras miles de víctimas de terrorismo y millones de personas que votaron al PP, son para Zapatero la nueva extrema derecha. Yo también. Queremos saber. 

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